Habitantes de Xochimilco y organizaciones solidarias se manifestaron contra una obra ilegal en Santa María Tepepan, a través de una marcha y clausura simbólica de la construcción.
La marcha partió de La Noria hasta el lugar del predio 2612, que está ubicado en la Avenida 16 de septiembre, entre las esquinas del Anillo Periférico y la calle Paseo de la Virgen, en la Delegación Xochimilco de la Ciudad de México. En dicho sitio se llevó a cabo una clausura simbólica, alrededor de las 11:00 horas del domingo 28 de agosto.
El motivo de la protesta fue por la construcción de una panadería de forma ilegal y realizada con impunidad por parte de la inmobiliaria responsable de la obra, según señalan las organizaciones sociales, pues a pesar de estar en Suspensión de Actividades “continúa operando sin pudor alguno, burlándose tanto de la ciudadanía como de la autoridad delegacional, que parece no actuar o por omisión, por ineptitud o por complicidad”.
Las acciones fueron convocadas por la Unión Comunitaria por el Pueblo de Tepepan, acompañada por la Coordinación de Pueblos de Xochimilco, el Frente Autónomo Xochimilco y asambleas solidarias de otros pueblos de Xochimilco.
Es preciso señalar, que esta obra es una más de los desarrollos inmobiliarios en dicha delegación como: la Plaza Terrazas Arenal, el Walmart en el campo de ex-pumitas, el Chedraui en Tulyehualco, el Tepepan Country Club en Xochitepec, entre otros. En donde la sociedad civil ha denunciado las irregularidades y protestado contra la construcción de las mismas, pues señalan que:
“Atentan directamente contra los derechos humanos de los 14 pueblos originarios y todos los barrios y colonias de esta demarcación, poniendo en peligro inminente y tangible su autosuficiencia hídrica, sus derechos al hábitat, a un medio ambiente sano, a la movilidad, así como a sus usos y costumbres, sin contar con que, como en otras megaconstrucciones y obras en proceso en Xochimilco, Coyoacán, Tlalpan, Miguel Hidalgo y otras delegaciones, se hace violando la legislación existente, derivado de proyectos sistemáticos de gentrificación y modificación del uso de suelo en beneficio de inmobiliarias y con la complicidad de funcionarios públicos de todos los niveles de gobierno”.
Entre las preocupaciones de las y los habitantes están: la contaminación ambiental, auditiva, estrés a la comunidad y caos vial. Además señalan que hay un modus operandi de las inmobiliarias, es decir:
“Contemplan desde su proyección el pago de multas por violar la ley. Saben que violan y violarán leyes, reglamentos, estatutos y ordenamientos, y en lugar de corregir desde su origen sus procesos, mejor han reestructurado todo para incluir el pago de ciertas multas, sin importarles en lo más mínimo la destrucción del ambiente, de la comunidad, de los recursos, de la gente. Los ejemplos abundan, derrames tóxicos de mineras, derrames de hidrocarburos de petroleras, despojos de tierras para construcción de autopistas, centros comerciales, etc.”
Ante esta situación las y los ciudadanos han construido una comunidad en resistencia y convocan a manifestarse a través de la organización comunitaria: “con miras a fortalecer su identidad y consolidarse como un solo frente en defensa de su territorio, sus recursos, sus tradiciones, su cultura, sus usos y costumbres, frente al avance depredador de las empresas inmobiliarias.”
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