Por: Myriam Corte
¡Qué barbaridad! Expresó un usuario cotidiano del metro de la Ciudad de México cuando se vio en medio de un gran número de estudiantes en las escaleras de la estación Tlatelolco. Tal vez, olvidó que el calendario marcaba 2 de octubre; una fecha que año con año los estudiantes recuerdan que no se debe olvidar.
Lentamente el señor logra salir, al igual que el contingente de la Facultad de Química que se detiene un momento a esperar al resto de sus compañeros; de igual forma otros estudiantes de otros contingentes buscan o esperan a los suyos.
Al llegar a la plaza de las Tres Culturas, ésta se encontraba repleta. Estudiantes, trabajadores, abuelas, niños y hasta mascotas estuvieron presentes en la marcha conmemorativa por el 2 de octubre, aquella fecha en la cual el gobierno mexicano perpetró la matanza de cientos de estudiantes que a 50 años de distancia aún estremece.
¡Van a volver, van a volver! ¡Los estudiantes que asesinaste, van a volver! Gritan una y otra vez en el contingente de la Facultad de Filosofía y Letras, mientras observan por dónde está la fila para integrarse a la marcha.
La vanguardia presidida por el Comité del 68 ya ha avanzado, pues la cita a recordar y no olvidar los atroces acontecimientos del 2 de octubre fue a las cuatro de la tarde.
Al mirar hacia atrás la fila de contingentes parecía interminable al igual que si se miraba hacia adelante. El IPN, la UNAM, Chapingo, la UACM, la UAM, el Colegio de Bachilleres, los CCH’S, las Preparatorias, todas las casas de estudio marcharon, todas recordaron y todas gritaron: ¡Ni perdón, ni olvido!
En esta marcha tan masiva, los espectadores se colocan uno al lado del otro. Desde la plaza de las Tres Culturas hasta 5 de mayo, donde los contingentes giraron para entrar a la plancha del Zócalo; sin darse cuenta formaron una extensa valla.
Para quienes han participado en alguna marcha del 2 de octubre, recordarán que, pasar por debajo del puente siempre es eufórico. Esta ocasión no fue la excepción, pues cada contingente aprovechó el momento para gritar: ¡El que no brinque es porro!
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos también acudieron a este llamado estudiantil. Las causas por más diferentes que sean se unen, pues el fin de todos es exigir justicia.
Los contingentes siguieron avanzando por todo lo largo del Eje Central; ya en la explanada del Zócalo el Comité 68 se preparó para comenzar el mitin, pues a las seis con diez minutos que fue la hora exacta cuando la luz de la bengala de aquel 2 de octubre de 1968 dio inició a la masacre; en este aniversario a la misma hora todos los presentes en la plaza con un minuto de silencio recordamos y conmemoramos a los caídos hace 50 años, porque como se leía en una pancarta: “No hay que perder la capacidad de indignación”. ¡Ni perdón, ni olvido!