Adolfo Tovar / Políticas media
Cuando los elementos suficientes se aglutinan en el espacio de pertinencia indicado, entonces la “magia” de la solidaridad, la elocuencia, la cordura, la pertinencia e incluso la conciencia parece salir debajo de las piedras, de las banquetas, de la mismas entrañas de la tierra. La desesperanza que horas antes inundaba los corazones de la población de esta ciudad y del País entero cambió repentinamente, como un ataque de bipolaridad, como sólo puede suceder en el terreno de los sueños, de manera drástica una “chispa encendió la pradera”.
Las decisiones cupulares sin consulta previa que ya se han hecho una costumbre en el México “Peñísta”, los albazos, las “machincuepas” jurídicas que han permitido al gobierno federal aprobar (en el papel) el paquete de reformas estructurales que “moverán” a México, fueron el precedente que hizo que a una Yoloxóchitl Bustamante desde lo “alto” de la dirección de una de las instituciones educativas mas emblemáticas del País, decidiera que era tiempo de aniquilar de una vez por todas el proyecto original del expresidente de México, Lázaro Cárdenas del Río. Un proyecto que fué concebido para preparar profesionistas capaces, sensibles, críticos y sobre todo conscientes de las necesidades del pueblo y prestos a darles atención. Así en días pasados #Yolo (como es famosa hoy en las redes sociales), apoyada por un puñado de seudorepresentantes estudiantiles y académicos mercenarios dio a conocer las reformas al reglamento interno del Instituto Politécnico Nacional (#IPN), en donde a todas luces y bajo los pretextos neoliberales como la “especialización”, la “competitividad” y la “modernización” de los planes y programas de estudio, así como la “actualización” del reglamento de cuotas, la “eficientización” de las normas de titulación y el retiro de prestaciones médicas y de actividades extracurriculares, sentó las bases jurídicas para el desmantelamiento del #IPN como lo conocemos hasta hoy.
Por fortuna, el dicho tan difundido que versa: “las Universidades son el reflejo de la sociedad”, no aplicó en este caso y a diferencia de la pasividad y falta de interés de la sociedad en su conjunto ante los atropellos de las #Reformasestruturales aprobadas en meses pasados, la población estudiantil marcó un rotundo rechazo a las pretensiones mercantilistas de quiénes ostentan el poder en el #IPN. Los últimos días hemos sido testigos de una de las reacciones estudiantiles mas virulentas de los últimos lustros, sólo comparable con el #YoSoy132 en la coyuntura electoral del 2012.
Miles de estudiantes en las calles de manera espontánea expresando a pulmón abierto su rechazo a lo que pretende ser la adecuación del #IPN a la nueva “dinámica económica de México”, la cual se basa en crear mano de obra barata y eliminar los factores que hacen de la educación superior un arma para el pensamiento crítico, producir obreros calificados en los que lo que menos importe sea cuanto saben, sino cuanto “sirven”, obreros que no se atrevan a poner en entredicho las verdaderas intenciones de un gobierno neoliberal y entreguista de nuestros recursos tras su doble moral y falso “patriotismo”, que sólo aflora cuando juega la selección de fútbol o nos dan el puente del 16 de septiembre. Hoy estamos ante un fenómeno social de difícil pronóstico, pero de un deseable desenlace; un desenlace que permita reafirmar que las y los estudiantes siempre han marcado el curso de la historia de este México que no aguantará mucho mas este ritmo de despojo y violencia sin sentido.
Los acontecimientos por venir tendrán que pasar por el análisis de quiénes hemos esperado las condiciones para la realización de profundos cambios que necesita la nación, por la solidaridad de todas y todos quiénes hemos reflexionado acerca del rumbo suicida que lleva nuestro México y sobre todo de la construcción colectiva de las herramientas para invitar a la reflexión informada de quiénes aún se encuentran en el marasmo de la indecisión y el escarnio sin fundamento.
Mientras tanto: ¡“QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES”!