#CarnavalDelMaíz: celebración de la vida y la resistencia.

Por: Ernesto Funesto Mondragón.

Por tercer año consecutivo, cientos de personas salieron este 23 de mayo a las calles de la Ciudad de México para realizar el Carnaval del Maíz: se trata de una serie de actividades enfocadas a resaltar la importancia de la defensa de las distintas variedades del maíz en contra de la amenaza que representan los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), los llamados transgénicos. Esta celebración, como lo subrayan sus organizadores, se inscribe en el contexto de la Marcha Mundial contra Monsanto que logró aglutinar en su reciente edición movilizaciones en más de 400 ciudades de 48 países distintos de los 5 continentes.

Fotografía: Ernesto Funesto_2015.
Fotografía: Ernesto Funesto_2015.

Organizaciones tan dispares como la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), la Alianza de Organizaciones Nacionales, Estatales y Municipales de los jornaleros del Valle de San Quintín, la Organic Customers Association (OCA), la Compañía de Teatro Vía Orgánica, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, junto con estudiantes, académicos, amas de casa y danzantes se reunieron este sábado al filo del mediodía en el Ángel de la Independencia.

Las actividades comenzaron con un ritual prehispánico en agradecimiento por la “bendición” que significa el maíz para los pueblos originarios. Después de la ceremonia se leyeron algunos saludos de las organizaciones participantes. Fidel Sánchez Gabriel, vocero de la Alianza de Organizaciones de los jornaleros del Valle de San Quintín, mandó un saludo a todos los presentes e hizo hincapié en las condiciones precarias en las que viven él y sus compañeros: “La tierra y el agua son lo básico, por eso hay que defenderlas. Pero también lo somos los campesinos: los campesinos somos el eje principal, el sostén de la nación. Por eso peleamos por nuestros derechos”.

Trinidad Ramírez, representante del FPDT, mencionó que para defender el maíz, hay que defender la tierra y eso implica luchar contra los megaproyectos: “llevamos más de 13 años resistiendo contra este megaproyecto del aeropuerto, y lo hacemos porque queremos que en nuestras tierras se siga cultivando el maíz. El maíz es un cultivo muy importante para nosotros”. Asimismo exigió justicia por el caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde septiembre pasado.

Finalmente, Runnie Cumins, de la OCA les recordó a todos los presentes que en varias ciudades de los 5 continentes se estaban llevando, simultáneamente, actos similares en contra de Monsanto, la trasnacional que pretende el monopolio de los transgénicos en el mundo. Posteriormente, la Compañía de Teatro Vía Orgánica, escenificó una breve obra de teatro, donde denuncian el modus operandi de Monsanto: presión política a los gobiernos y hostigamiento a los pequeños productores. También se denunció la utilización de pesticidas altamente tóxicos como el glifosato, llamado Round-Up y comercializado en México bajo el nombre de Faena.

Fotografía: Ernesto Funesto_2015.
Fotografía: Ernesto Funesto_2015.

Alrededor de la 1:30 de la tarde, los organizadores comenzaron a repartir polvos de colores para lanzarlos al aire. Los colores representan las distintas variedades de maíz que existen en nuestro país: amarillo, rojo, verde, azul, morado y rosa. Con esta muestra de alegría y festejo comenzó la movilización que partió rumbo al Monumento a la Revolución al grito de “queremos frijoles, queremos maíz; queremos a Monsanto fuera del país”.

Durante el recorrido los manifestantes hicieron patente el riesgo que significa liberar el cultivo de maíz transgénico en México: al ser el país centro de origen genético del maíz, debe protegerse su enorme diversidad, porque de llegar a contaminarse éstas se perderían para siempre y no sólo estaría en riesgo la soberanía alimentaria de todo el país (las plantas que se contaminan con los OGM de Monsanto adquieren sus propiedades, como ser estériles, por lo que la única forma de seguirla cultivando es comprando la semilla a la trasnacional), sino también su diversidad biológica. Denunciaron que debido a la utilización intensiva de los herbicidas, pesticidas y otros agroquímicos de Monsanto, la ancestral abeja melipona (endémica de México) está en peligro de extinción. Si la población de abejas disminuye, la polinización que estas realizan decae, con lo que se afecta todo su hábitat.

Los participantes dijeron que ante la muerte y devastación que representan Monsanto y sus OGM (propietaria del grupo paramilitar más grande del mundo: Academi), ellos enarbolaban no sólo la bandera de la vida, sino también la de la alegría y la festividad porque de esta manera se lucha mejor contra el “tétrico” panorama que se avecina en el país. Por eso la razón de ser del Carnaval del Maíz: “estamos vivos y eso hay que festejarlo. Quieren privatizarlo todo: la luz, la educación, el agua, hasta la vida misma. Y no se los vamos a permitir.”

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