¿Festejar o reivindicar el día del trabajo?

Por: Patricia Olivares.

Día Internacional del Trabajo: 1° de mayo

En varios países de todo el mundo se conmemoró el Día Internacional del trabajo, el cual va perdiendo su sentido reivindicativo de los movimientos obreros y se ha convertido en una fecha festiva. Sin embargo, la historia nos recuerda que fue a través de la lucha de trabajadores, a quienes incluso les constó su vida, que se lograra la jornada laboral de ocho horas.

Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares
Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares

El 1° de mayo surge en 1889 durante el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional en París.

“La idea era rendir tributo a los Mártires de Chicago, un grupo de sindicalistas que fueron condenados en Estados Unidos por su participación en una huelga que se inició el 1 de mayo de 1886 en todo el país y, en ese estado, se prolongó hasta el 4 de mayo con la sangrienta Revuelta de Haymarket. Tres fueron a prisión y cinco ejecutados en la horca. El fin era conseguir la jornada laboral de ocho horas que en 1886 ya establecía la Ley Ingersoll pero que la patronal incumplía, lo que rearmó y movilizó a las organizaciones laborales y sindicales del país”. -Señala David Bernal en El País.

Se dice que este día adquirió mayor protagonismo después de la Segunda Guerra Mundial, gracias a los países socialistas -como lo fue la Unión Soviética- y al aumento de poder de los partidos de izquierda en países europeos capitalistas. Lo cual incluso obligó al Vaticano con el Papa Pío XII en 1954, a que declarara el Día de San José Obrero, con la intención de darle un tinte católico a esta fecha “que hasta entonces se mostraba hostil a la religión”.

Este antecedente histórico nos muestra que los derechos del trabajador se han ganado a través de la organización y la lucha social, por mejorar las condiciones de vida de la población en contextos específicos en todo el mundo. Dejo a continuación una serie de datos, que podrán darnos un panorama general de la situación laboral en nuestro país y a nivel internacional. Cifras que en números son alarmantes y en la vida cotidiana lo son aún más, porque nosotras y nosotros somos quienes vivimos las desigualdades y problemáticas sociales.

Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares
Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares

El desempleo y  la mala calidad del trabajo

La Organización Internacional del Trabajo  (OIT) en su informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2016 indica que el debilitamiento de la economía mundial ha provocado un aumento del desempleo; pues en el 2015 alcanzó 197.1 millones de personas y se estima que crecerá en 2.3 millones en el 2016 y 1.1 millones más en el 2017. Sin embargo, es necesario precisar que especialmente repercute en los países “emergentes y en desarrollo”, como los de América Latina, Asia y los productores de materias primas.

La mala calidad del trabajo es otro de los factores preocupantes a nivel internacional, ya que la incidencia del “empleo vulnerable”, es decir, la proporción del trabajo por cuenta propia y del trabajo familiar no remunerado –que ambas categorías típicamente están sujetas a los altos niveles de precariedad– alcanza a más del 46% del empleo total y a 1.5 mil millones de personas; y se estima que los próximos 3 años en las economías emergentes crezca en 25 millones.

En cuanto a la clase media el informe señala que, en los países con un menor crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo, se dará una menor posibilidad de acceso al nivel de vida de la clase media, lo cual puede “alimentar el malestar social”. Por otra parte, la tendencia de que las personas “en edad de trabajar” ya no participen en el mercado de trabajo, se incrementó en 2015 de 26 millones a más de 2 mil millones; pues “cuando el empleo decente escasea, más trabajadores pueden dejar de buscar empleo”.

Tal es el caso de México que sigue enfrentando una relativa baja de participación laboral, la cual se muestra en una tasa de empleo del 60.7%  Además de estar entre los países con los índices más altos de jóvenes que ni estudian ni trabajan (NiNi), pues este grupo representa el 22.4% de la población de 15 a 29 años. Mientras que el estrés laboral afecta a trabajadores de todas las profesiones en países desarrollados y en desarrollo, pues no sólo tiene efectos nocivos para la salud, sino también para el bienestar de sus familias. Aunque se ve acentuado por “los altos niveles de desempleo, en particular la falta de medidas adecuadas de protección social”, señala la OIT en su declaración Estrés en el Trabajo: Acabemos con esta carga.

Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares
Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares

Top 10 del desempleo en México

Forbes México, publicó una lista de los 10 lugares con más desempleo en la República Mexicana, según la tasa de desocupación reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los resultados  de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el sexto mes de 2015.

  1. Nayarit y Tabasco 5.9%
  2. Estado de México 5.8%
  3. Distrito Federal 5.5%
  4. Jalisco y Coahuila 5.2%
  5. Sonora 5.1%
  6. Nuevo León y Querétaro 5.0%
  7. Durango 4.9%
  8. Baja California Sur 4.8%
  9. Baja California y Tlaxcala 4.7%
  10. Tamaulipas 4.5%
Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares
Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares

Las mujeres frente al trabajo

“A pesar de algunas modestas mejoras en ciertas regiones del mundo, millones de mujeres están perdiendo terreno en su búsqueda de la igualdad en el mundo del trabajo”, señala la OIT en su informe Mujeres en el trabajo: Tendencias 2016.

En la investigación se indica que, la tasa mundial de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo (entre 1995 y 2015) cayó del 52.4 al 49.6 por ciento; mientras que el desempleo de la juventud sigue siendo una gran preocupación, en donde afecta de mayor forma a las jóvenes.

Por otra parte, las mujeres trabajan más horas que los hombres, pues la brecha de género va de 73 minutos y de 33 minutos por día en los países en desarrollo y desarrollados. Esto también se debe a que son ellas, quienes asumen las labores de cuidado y tareas domésticas no remuneradas; lo cual se vuelve una limitante al enfrentarse a un empleo remunerado, formal y asalariado.

En cuanto a las empleadas que necesitan una protección de maternidad, quienes representan cerca del 60% de las mujeres trabajadoras en todo el mundo y casi 750 millones de mujeres, no se benefician del derecho legal a la licencia de maternidad.

En 2015 el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) brindó  mil 177 atenciones y orientaciones ciudadanas por denuncias de discriminación, en donde las mujeres representan el 72.6% y el 41.6% de sus denuncias se deben a la discriminación laboral por embarazo, como lo documenta el Informe Discriminación Laboral hacia la Mujer, Despido por Embarazo.

En cuanto a los salarios, la OIT estima que las mujeres ganan en promedio 77% de lo que ganan los hombres. Por lo que si esta situación continúa, se necesitarían otros 70 años más para eliminar las diferencias salariales por género.

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Movilización conmemorativa 1º de mayo, día del trabajo, Ciudad de México. | Fotografía: Mónica Olivares

¿Y otros grupos en situación de vulnerabilidad?

Finalmente, no sólo las mujeres se enfrentan a estas problemáticas laborales, sino otros “grupos en situación de vulnerabilidad” que son aquellos “que debido a determinadas condiciones o características son más vulnerables a que sus derechos humanos sean violados”, define la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Como las personas pertenecientes a pueblos indígenas y originarios, migrantes, jóvenes, trabajadoras del hogar, entre otros.

En cuanto a las personas con discapacidad a nivel mundial, la OIT estima que, más de un 60% están en edad de trabajar, pero tienen un índice de desempleo de entre 80 y 100% superior a las personas sin discapacidad. En la Ciudad de México, según informa El Universal  con datos de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal (JAP): “hay 500 mil personas con discapacidad, del total, 90% no tiene acceso a oportunidades laborales”.

Por su parte las y los trabajadores del hogar o domésticos todavía “trabajan más de 60 horas semanales y no disponen de ninguna legislación que regule su derecho a un descanso adecuado” o “se les exige que estén disponibles las 24 horas del día para satisfacer las diversas necesidades de sus empleadores”, informa la OIT. Por ello, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) menciona:

“Guardadas las debidas proporciones, su estatus contiene algunos elementos de la esclavitud vigente en el país hasta principios del siglo XIX. Quienes se dedican al trabajo del hogar no gozan de los derechos de la salud, a la pensión, al ahorro, a la alimentación o a la vivienda digna.”

¿Realmente se han garantizado nuestros derechos laborales que fueron logrados por la organización y la lucha de trabajadores? Ante este panorama, en donde las condiciones laborales son peores y las estimaciones indican que serán más graves, creo que es conveniente ir más allá que un “festejo” o “celebración” por el día del trabajo, sino a una verdadera reivindicación de esta fecha por la clase trabajadora, pues todavía hay mucho por qué luchar.

“Pese a que no podemos relajarnos, pues muchas de las conquistas laborales peligran, el Día del Trabajo se ha convertido en un día festivo más que ha perdido su carácter obrero y reivindicativo. En la mayoría de países los partidos de izquierda y los sindicatos organizan una manifestación pacífica, que no deja de ser testimonial, mientras el resto de los trabajadores la ignoran pensando, equivocados, que ya no queda nada por lo que luchar”, Dadvid Bernal en El País.

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Fuentes:

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