¿Fue el Estado?

 Por: *Octavio Aristeo López.

Algunos confunden el Estado con el monstruo bíblico Leviatán, título del libro de Thomas Hobbes; incluso señalan que Maquiavelo dijo que, el bien supremo es la fuerza y el poder del Estado.

Por supuesto, el sustituto de Dios como gobernante es el Estado. De aquí, que algunos intelectuales les gustan bailar con el diablo, porque el diablo da dinero, poder y prestigio; creen, que es más generoso que Dios.

Otros, se atreven a decir que el verdadero creador de la frase: “el Estado tiene el monopolio legítimo de la violencia”, es Antonio Gramsci y no Max Weber, a pesar de ello existen errores de interpretación porque Weber no habla de violencia.

En el cual, sustentan argumentos sobre el actuar del Estado mexicano en los recientes hechos violentos en Jalisco, Colima, Guanajuato, Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas; encapuchados estallan bombas molotov cerca de universidades; enfrentamiento de policías estatales con estudiantes; comando mata a candidatos en algunas entidades; funcionarios del primer nivel de la administración pública federal están vinculados con el crimen organizado, igual familiares que se han enriquecido en corto tiempo; existen datos precisos en el que señalan que las elecciones solo son un show armado y nos gobierna un hombre sin estudios.

Por si fuera poco se habla de un Estado reducido o aniquilado: están en un error histórico.

Ilustración de Luis Schroeder Herrera_2015.
Ilustración de Luis Schroeder Herrera_2015.

Diría el filósofo y revolucionario alemán Friedrich Engels -algunos creen que es inglés porque murió en Londres, Inglaterra en 1895- “sobre quien derramó las copas llenas de su ira”, llenos de ira cometen errores históricos. “Para convertir el socialismo en una ciencia, era indispensable, ante todo, situarlo en el terreno de la realidad”.

La realidad es que México es una sociedad que se moviliza constantemente, a pesar de la represión a los estudiantes que estimulan la protesta social. Es la maduración de un movimiento social en el que los dirigentes de los partidos políticos no tienen injerencia ni tienen posibilidades de encabezar.

¿Cuál es la realidad? “La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social”.

Vivimos en un país de tiranos, con un poco de poder observamos guardias convertidos en generales, secretarias convertidas en ministros, una o un jefe de familia se cree emperador; en cada relación existe una lucha de poder por el poder y una lucha de resistencias de baja o alta intensidad.

Por lo que, “todos los cambios sociales y de todas las revoluciones políticas…han de buscarse no en la filosofía, sino en la economía de la época de que se trata”. Existe una esclavitud moderna en esta etapa del capitalismo; en el que los obreros se están muriendo en la línea de producción, por las extensas jornadas de trabajo y condiciones inhumanas semejantes a la primera revolución industrial en Inglaterra. De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación, un millón de niños realizan actividades laborales y seis millones no acuden a la escuela, futuros esclavos sin estudios. Además, los profesionistas que tienen una carrera universitaria están en la pobreza según datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática.

No se cumple con el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez”.

Es un rasgo característico de la tradicional política mexicana, en el que las instituciones se apartan de la sociedad ante un sistema económico desbastador.

El Estado, como maquinaria colectiva, se usa para explotar al obrero y al ciudadano, también puede servir los intereses del proletariado: “El proletariado toma en sus manos el poder del Estado y comienza por convertir los medios de producción en propiedad del Estado. Pero con este mismo acto se destruye a sí mismo como proletariado, y destruye toda diferencia y todo antagonismo de clases, y con ello mismo, el Estado como tal” (Friedrich Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico).

Para ello, entender el Estado es ubicarse en la realidad histórica, señala Friedrich Engels en su libro Del socialismo utópico al socialismo científico, “El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, es el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal”.

Porque, “El Estado es una organización de la correspondiente clase explotadora para mantener las condiciones exteriores de producción, y, por tanto, particularmente, para mantener por la fuerza a la clase explotada en las condiciones de opresión (la esclavitud, la servidumbre o el vasallaje y el trabajo asalariado), determinadas por el modo de producción existente” (Friedrich Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico).

Si el Estado representa a toda la sociedad es necesario, es decir, “cuando el Estado se convierta finalmente en representante efectivo de toda la sociedad será por sí mismo superfluo”.

Por ello, Vladímir Ilich Lenin, político, revolucionario y comunista ruso, en su libro El Estado y la revolución señala: “La cuestión del Estado adquiere actualmente una importancia singular, tanto en el aspecto teórico como en el aspecto político práctico… Comenzamos examinando la doctrina de Marx y Engels sobre el Estado, deteniéndonos de manera especialmente minuciosa en los aspectos de esta doctrina olvidados o tergiversados de un modo oportunista.”

Aquí Lenin habla ya como doctrina las aportaciones de Marx sobre el concepto de Estado, sobre los oportunistas que tergiversan la doctrina de Marx. De aquí, la vigencia del marxismo y de la pregunta ¿Fue el Estado?

* Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. [email protected]

FueElEstado_02
Ilustración de Luis Schroeder Herrera_2015.

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