Por: Manuel Hernández De Jesús.
El 12 de octubre es un día emblemático para muchos, pero para nosotros y para otros hermanos y hermanas es un día de reivindicación, es un día de reconocernos y platicar de nosotros desde esta Montaña de Guerrero.
Es un día de cuestionar nuestra identidad nacional, de reflexionar si somos una nación o más bien muchas naciones, parafraseando a los zapatistas, muchos mundos, que al decir verdad todavía no se reconoce.
El motor de este día debe de ser la reflexión y una mirada crítica hacia nuestro pasado, ya que debemos de ser críticos con lo que se nos ha enseñado. Nos han educado con una historia ajena a lo que somos, ese eurocentrismo nos ha hecho mucho daño y nos ha quitado la memoria de quiénes somos, ya que en las aulas se enseña la historia de una civilización de la que no formamos parte, nos han hecho creer que somos los frutos de Europa, pero no es cierto, nosotros venimos de una civilización grande, que floreció mucho antes de la llegada de los conquistadores. La civilización Mesoamericana y los incas en Perú. Entonces no hay que ignorar lo que somos, ya que actualmente despreciamos a los pueblos originarios porque desconocemos nuestra historia, necesitamos descolonizarnos para no seguir despreciando lo propio ¿Y qué es descolonizarnos? No seguir reproduciendo sistemas o instituciones que son la imagen y semejanza del opresor. Hay que hacer memoria histórica para no desconocernos, porque si seguimos en la misma dirección, el desprecio de lo nuestro seguirá siendo el pan de cada día. Volteemos a ver a nuestras comunidades, ya que muchas siguen teniendo sus propios sistemas normativos, ya sean políticos o de impartición de justicia. Con esto no quiero decir que volvamos al pasado sino que ocupemos el pasado para establecer un sistema de organización más justo y el que más nos convenga.
¿Y cómo podemos cambiar esta situación tan adversa para nosotros? Necesitamos un programa de estudios que no hable solamente de Europa, sino que hable principalmente de la historia de los invadidos, como dice en el artículo segundo de la constitución Mexicana: “La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas“, entonces la educación también debería de estar sustentada en la historia de nuestros pueblos autóctonos.
Porque como podemos atestiguar, esa historia de la conquista nunca paró, los pueblos originarios seguimos pagando las consecuencias y la subordinación al poder y a un sistema educativo que sólo enseña falacias. Depende de nosotros si elegir vivir con esta historia eurocéntrica o construir un nuevo camino y que ese horizonte que se mira lejos pero posible de alcanzar, será nuestra historia, de la cual formaremos parte. Los educandos encargados de las enseñanzas en las escuelas bilingües de los pueblos originarios tienen un gran reto, el cambio tiene que venir desde lo cultural a través de la educación, en donde las maestras y los maestros deben de jugar un rol importantísimo, ya que serán sujetos de cambio.
Tenemos que educar y educarnos para trascender, ahora la revolución no se hará a través de las armas sino a través de la educación, los tiempos han cambiado y las herramientas que tenemos a la mano hoy por hoy es nuestra propia historia. Conozcámosla y eso nos hará libres y conscientes de nuestra realidad. Por eso no celebramos este 12 de octubre, si queremos realizar actos en este día que sean para dignificar las luchas de nuestros pueblos, que sea para reivindicar las diferentes resistencias de nuestros ancestros ante la invasión.
*Antropólogo Manuel Hernández De Jesús, integrante de la nación Ñuu Savi. Este texto será compartido con los profesores y personas que se reunieron en el VII congreso Tuún Savi (mixteco) en la comunidad de Alcozauca, estado de Guerrero, México. Este evento es de dos días, empezó el 11 y termina este 12 de octubre.
