Por: Tiyako Felipe.
En las últimas dos décadas, a lo largo y ancho de México, se han conformado diversas expresiones de seguridad comunitaria para contrarrestar la ola de violencia que parece no tener fin. Tomando como base su sistema tradicional de organización, pueblos indígenas y mestizos han optado por la autoprotección de sus familias y comunidades, a partir de propuestas que emergen de dinámicas y formas de organización interna de la población.
Las ideas de estos pueblos han alcanzado comunidades e incluso municipios enteros en diversos estados de la República Mexicana. Tan sólo en Guerrero, con una larga tradición de organización social independiente, tienen presencia la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC), y la Coordinadora Regional de Seguridad y Justicia-Policía Ciudadana y Popular (CRSJ-PCP), con presencia en la costa y montaña del estado.
A partir del ejemplo de sus vecinos del sur del país, en otras entidades federativas se han conformado o están en proceso de consolidación otras formas de protección comunitaria. Por ejemplo: Guardias Comunitarias (San Luis Potosí, Michoacán); Vigilancia Comunitaria (Morelos, Veracruz); Ronda Comunitaria (Michoacán); Grupos de Autodefensa (Michoacán, Guerrero); Policía Comunitaria y Policía Ciudadana y Popular (Guerrero).
En la mayoría de los casos, principalmente los medios de comunicación, al presentar la información suelen englobar todas las expresiones de seguridad bajo el concepto de policía comunitaria o autodefensa, haciendo a un lado las marcadas diferencias que existen entre cada forma de organización. Si bien, cada una tiene en esencia la seguridad de sus comunidades como principio, es necesario por lo menos conocer el contexto, la causalidad, los objetivos y principalmente sus programas políticos para conocer sus alcances y limitaciones. Esto contribuye a superar el principio de generalidad en un tema de mayor complejidad.
Las causas de la auto organización de los pueblos han sido diversas: la inseguridad y las serias deficiencias de las instituciones gubernamentales para garantizar la paz y tranquilidad; la defensa del territorio ante la amenaza del despojo de espacios de desarrollo de la vida material y espiritual; la defensa del derecho a la autonomía y la lucha contra un sistema económico del cual se sienten ajenos o marginados. Desde la perspectiva que se les quiera mirar, cada cual ha tenido sus motivos para explorar diferentes alternativas que garanticen el bienestar de sus comunidades.
En el estado de Guerrero, por lo menos desde hace veinte años, tienen presencia los sistemas de seguridad comunitaria. A lo largo de estos años han lidiado con la delincuencia organizada y el acoso gubernamental, que ve en ellos una amenaza por el simple hecho de auto organizarse para buscar mejores condiciones de vida, aunado a los altos niveles de marginación y pobreza en la que históricamente han vivido.
La Coordinadora Regional de Seguridad y Justicia- Policía Ciudadana y Popular (CRSJ-PCP), una de las expresiones de seguridad comunitaria en La Montaña Guerrererense, fundada el 2 de diciembre de 2012, recientemente celebró su tercer aniversario en Tlapa de Comonfort, dentro del marco del 41 aniversario luctuoso del histórico guerrillero, Lucio Cabañas Barrientos. En la fecha, hombres y mujeres de más de 65 comunidades de los municipios de Olinalá, Cualac, Huamuxtitlán, colectivos estudiantiles, organizaciones sociales y artistas populares del Distrito Federal y Estado de México se dieron cita para acompañarlos en la celebración.
La CRSJ-PCP forma parte del Sistema de Seguridad y Justicia Indígena que promueve el Movimiento por la Soberanía Popular y el Socialismo (MSPS). Los objetivos de su lucha son: la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, el desarrollo de sus pueblos y la paz social. Según diversos documentos que esta organización ha hecho públicos, a diferencia de otras expresiones de defensa comunitaria, no sólo les preocupa la seguridad sino que proponen el ejercicio pleno de sus derechos en todos los espacios de la realidad social.
Los hombres y mujeres que integran la Policía Ciudadana y Popular (PCP) se dicen parte de una expresión política, que surgió por una necesidad de autoprotección de sus familias, comunidades y bienes de los embates de la delincuencia y de un Estado que ha fallado a los pueblos indígenas. Para ellos, la CRSJ-PCP representa una parte del camino para una transformación social desde abajo y por la vía pacífica, siguiendo el principio de Soberanía Popular, es decir, tomar en sus manos el rumbo de su destino.
Los retos a los que se enfrenta una organización social independiente con una propuesta política como la del MSPS son diversos y complejos: un contexto de violencia constante, la presencia de la delincuencia organizada, los altos índices de marginación y pobreza; mas el acoso de las instituciones gubernamentales que valiéndose de mecanismos de cooptación y represión buscan desmantelarlas y detener su avance, como lo han hecho con la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y su Policía Comunitaria (CRAC-PC) en los últimos años.
En reiteradas ocasiones las instituciones gubernamentales han señalado que los sistemas de seguridad comunitaria actúan al margen de la ley. Sin embargo, el marco legal que les permite poner en práctica sus sistemas de seguridad lo sustentan en una legislación internacional, nacional y estatal, a decir: la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas; el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo; los artículos 2 y 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los pueblos y comunidades indígenas del estado de Guerrero.
La realidad social de los pueblos, que en estos momentos ensayan y ponen en práctica variados sistemas de seguridad comunitaria, ha definido su permanencia y consolidación. En algunos casos han optado por la institucionalización o concertación política, el resultado no ha sido halagador. Otros sobreviven a los embates de la delincuencia organizada y el Estado; algunos más apuestan a un camino más largo, el de la autonomía o la soberanía popular como lo hace actualmente la CRSJ-PCP.