Los normalistas fueron privados de su libertad, ejecutados, calcinados, triturados y arrojados al río, PGR de México.
Por Tiyako Felipe
A cuatro meses de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, la Procuraduría General de la República de México (PGR) declaró que de acuerdo a la “evidencia científica” todos están “muertos”.
El procurador Jesús Murillo Karam señaló que “la verdad histórica de los hechos” de Iguala es que los normalistas fueron “privados de su libertad, ejecutados, calcinados, triturados y arrojados al río” San Juan. Según el procurador las investigaciones que los llevaron a esa conclusión “están validadas científicamente” por los testimonios de los 99 detenidos, 16 cateos, investigación en teléfonos celulares, análisis de la red de vínculos, 39 confesiones, estudios de biología realizados por la UNAM, la reconstrucción de hechos y el análisis científico de 60 mil fragmentos óseos.
Por el momento la PGR ha fincado a los detenidos el delito de “secuestro agravado” (el homicidio como agravante). Asimismo, están trabajando para fincar el delito de “desaparición forzada” contra funcionarios públicos y policías. Están pendientes por ejecutarse algunas órdenes de aprehensión, entre ellas las de un personaje identificado como “El Fercho”, secretario de El Cabo Gil, otro de los señalados en los testimonios de los detenidos. A María de los Ángeles Pineda Villa será acusada de “lavado de dinero”, no de “desaparición forzada porque no era funcionaria pública”.
Respecto a los motivos de la ejecución de los normalistas se mencionó que “no podemos decir que eran miembros de un grupo delictivo”, porque todas las evidencias apuntan a que siempre se refirió a ellos como “estudiantes”. Afirmando el procurador: “vamos a hacer todo lo posible para que sean consignados y castigados con toda la fuerza del Estado” los responsables intelectuales y materiales.
Finalmente, el procurador enfatizó en que lo presentado el día de hoy es el resultado de una “investigación con sustento científico fundamental”. Asimismo, ante la insistencia de los medios de comunicación y sin afán de abundar en el tema, mencionó que “no hay una sola evidencia de la participación del ejército en los hechos” del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.