Por: Nahúm Monroy
- Susana Prieto Terrazas, dirigente del movimiento obrero de Matamoros, fue detenida el pasado lunes por agentes ministeriales y llevada al penal de Ciudad Victoria, Tamaulipas, justo en el momento en que México vive la fase más álgida de infecciones por la pandemia del Covid-19 y cuando el gobierno norteamericano se encuentra presionando por la reactivación de sus empresas en la zona fronteriza de nuestro país. El único delito de la abogada: defender los intereses obreros.
- Nos encontramos frente a una revancha cuidadosamente orquestada por el gobierno panista de Tamaulipas y consentida por las autoridades federales en contra de la mujer que encabezó la oleada de huelgas más importante de México en las últimas décadas. Los intereses económicos que trastocó Susana Prieto fueron colosales, como colosal es la pena que corrompidos jueces quieren imponerle ahora. Los delitos que le imputan (motín, privación ilegal de la libertad y los que en días sucesivos le sumen), nos traen a la memoria la forma tradicional en la que el Estado mexicano ha perseguido a los dirigentes obreros por décadas: “te puedes oponer, pero hasta cierto punto y si no aceptas las reglas, entonces te atienes a las consecuencias.” Othón Salazar, Valentín Campa, Demetrio Vallejo y muchos otros dirigentes obreros pagaron también con cárcel su incorruptibilidad.
- En la antesala de la recesión internacional (que según la OCDE será histórica por su gravedad y se traducirá en una caída de la economía mexicana del 7.5 por ciento), lo que menos interesa es la salud de los obreros. Cientos de empresas cuyas actividades no son esenciales, no pararon sus actividades desde el inicio de la cuarentena, y algunas que acataron las disposiciones federales, lo hicieron cesando todo pago a los trabajadores o retribuyéndoles apenas el 60 por ciento de su salario. El número creciente de despidos injustificados o de obreros obligados a firmar sus renuncias, agolpan los despachos de la Secretaría del Trabajo federal, Luisa Alcalde, que solo se ha remitido a maquillar cifras y a cerrar los ojos. Pero en la administración pública la omisión deliberada de la acción es también una política de gobierno, y en Matamoros, el gobierno toma partido por los capitalistas y sus beneficios.
- “Por sus frutos los conoceréis”. Susana Prieto, asesora legal del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS), fue la única activista que durante los últimos meses denunció y confrontó esta política laboral inhumana contra la clase obrera en Chihuahua y Tamaulipas. Su actividad siempre pública y documentada en sus redes sociales, no deja un solo milímetro a las dudas o las intrigas: ha defendido y dado voz a los trabajadores más indefensos, ha puesto al descubierto el papel ruin de los sindicatos charros de Jesús Mendoza (STIPME) y Juan Villafuerte (SJOIIM), torpes y nauseabundos caciques que colaboran activamente en el despido de trabajadores y en la apropiación ilegal de sus bonos, finiquitos y prestaciones de ley.
- El meollo del conflicto de clases en Matamoros es la libertad sindical. Al inicio de su sexenio, López Obrador anunció que impulsaría una nueva era en la que los trabajadores elegirían democráticamente a sus dirigentes y sindicatos. Pero con el tiempo el presidente de México descubrió que ni los empresarios, ni los dirigentes sindicales charros están dispuestos a que sus minas de oro, los Contratos Colectivos, cambien de manos. Lejos de romper con el corporativismo sindical, el presidente se ha adaptado a él. En febrero pasado al encabezar el Congreso de la CTM, consideró que los dirigentes sindicales octogenarios, eran después de todo, sus aliados. Empresarios y charros defienden con uñas y dientes sus privilegios. La libertad sindical no puede ser otorgada a los trabajadores desde arriba. Necesita ser arrebatada desde abajo con la lucha y la organización.
- El SNITIS es un sindicato nacido al calor de la lucha y que cuenta con el respaldo de miles de obreros en Matamoros. En un número cada vez más grande de empresas, los trabajadores ya no quieren que sus cuotas sigan siendo botín de los gánsteres de la CTM y se están movilizado para conseguirlo. Ellos quieren un sindicalismo combativo que verdaderamente represente a sus intereses. Por esta razón los obreros de la fábrica Tridonex se apostaron el pasado 10 de marzo frente a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que ha evadido la voluntad mayoritaria de los trabajadores de desechar al sindicato STIPME de Jesús Mendoza. Bajo el capitalismo, el Estado, los tribunales y la policía estarán siempre al servicio de las clases explotadoras.
- En pocas ciudades de México el peso de la clase obrera es tan fuerte y concentrado como en Matamoros. El papel de la pequeña burguesía y de otros sectores sociales queda rápidamente diluido ante el choque de los dos principales factores de la producción. Es por ello que también en momentos de abierta lucha de clases, la naturaleza de los partidos capitalistas en sus diferentes variantes se revela inmediatamente. El partido MORENA en Matamoros está dirigido fundamentalmente por ex priístas y ex panistas, bribones y carreristas sin escrúpulos que en todos los aspectos fundamentales toman partido por los empresarios. En el auge del movimiento obrero 20/32 el presidente municipal de Matamoros, Mario López, La Borrega, y los dirigentes de su partido se opusieron al otorgamiento del bono ganado por las huelgas de enero e incluso al incremento salarial propuesto por el mismo presidente. Su argumento fue que la solvencia de las empresas transnacionales se pondría en riesgo. La experiencia de las candidaturas obreras de 2019 demostró por otra parte, que en Matamoros el ascenso y consolidación del poder obrero conduce al debilitamiento del nacionalismo burgués.
- El encarcelamiento de Susana Prieto es una revancha empresarial. Los capitalistas, gánsteres sindicales y políticos burgueses no sólo están buscando imponer un castigo ejemplar a la dirigente obrera más destacada de Matamoros, sino que también quieren la destrucción de su organización sindical, el SNITIS, que construido hasta ahora con enormes esfuerzos desde abajo, representa un punto de referencia de sindicalismo independiente y de combate para miles de mujeres y hombres. Luchar por la liberación absoluta de Susana Prieto significa también luchar por la libertad sindical en todo México.
- La memoria obrera es fragmentaria pero profunda. No es la primera vez que un dirigente sindical en Matamoros va a la cárcel por defender los intereses históricos de la clase trabajadora. Los obreros, especialmente los de mayor edad, saben por experiencia propia lo difícil que es la lucha: el no corromperse y el no traicionar a veces se paga con la cárcel o con la muerte. A finales de siglo pasado, el muy aclamado dirigente Agapito González (ya finado) fue también a prisión en medio de un proceso de huelgas traicionado por la alta cúpula de la CTM. Aún hoy, uno puede encontrarse en Matamoros a cientos de trabajadoras y trabajadores a los que el dirigente ayudó y que lo recuerdan con mucho cariño. Si hay algo que Susana Prieto Terrazas tiene en común con Agapito González, es el haber enseñado a los obreros a confiar en sus propias fuerzas y a inculcarles que nadie más hará por ellos, lo que a ellos les corresponde hacer.