Por: Marlen Roak
El 8 de marzo se conmemora de manera internacional el Día de la mujer; se recuerda en todo el mundo la labor y valentía de nuestras ancestras, su lucha para lograr la igualdad social y de derechos que apenas hoy alcanzamos a vislumbrar. Todas sabemos que la lucha sigue.
En distintos países nos unimos millones para salir a marchar, el grito de justicia se tornó unísono y el ambiente de sororidad se podía sentir en la piel. México no fue la excepción, en diversos estados fueron tomadas las calles por una ola violeta con toques verdes.
En la Ciudad de México se llevó a cabo un acontecimiento histórico, por primera vez, muchas más de cien mil llamas encendidas nos mezclamos con las jacarandas de la alameda central e hicimos retumbar el suelo de toda la avenida Juárez. La cita fue en Plaza de la República, en la colonia Tabacalera; en punto de las dos de la tarde miles comenzamos a avanzar con rumbo a la plancha del Zócalo capitalino. Mujeres en defensa de mujeres en medio de un movimiento por y para mujeres, unidas codo a codo exigiendo justicia, libertad e igualdad de derechos y oportunidades para todas… Para todos los seres vivos.
De acuerdo con datos de la ONU, en México asesinan, en razón de su género, a 10 mujeres cada día. Entre 2012 a 2018 los feminicidios han ascendido a más de tres mil casos y en sólo uno de cada cuatro se sometió al culpable a un proceso judicial. Al día de hoy, vivimos en un país en el cual más del 90% de los crímenes de violencia y agravio sexual son cometidos por hombres, y alrededor del 90% de las víctimas son féminas; según cifras del INEGI.
Ante este panorama “el gobierno ha preferido voltear hacia otro lado, entonces nos toca llenarlo todo para que no quede a dónde mirar”. Porque esto no se va a caer… ¡Lo vamos a tumbar y fuimos todas!