Para ser un comemierda

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Manifestación en la Ciudad de México, 6 de diciembre de 2014. Fotografía “El Bolche”.

Por: Pablo Gómez.

Hace un año, el distinguido señor Carlos Alazraki publicó una columna llamada: “Carta dirigida a los mexicanos normales (como tú)”. En ésta, ponía que los “izquierdistas anarquistas”, “enemigos del progreso”, nos aprovechamos del sufrimiento de las familias de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, para “convertir a México en un gobierno autoritario”.

Cualquiera puede opinar de política, pero cuando un diario que se hace llamar a sí mismo: “La razón” publica a alguien cuya idea de anarquismo es buscar un gobierno autoritario es un terrible insulto a nuestra inteligencia. Tomando esto en cuenta, no es ninguna sorpresa si el mismo escrito tilde al pueblo de ignorante.
Alazraki nombra también, a cualquier persona u organización que se manifieste en contra del orden establecido: un “anormal”, un “enemigo del progreso” y un “comemierda”. Si la normalidad es quedarse callado ante las injusticias, ver cómo roban y matan sin hacer nada al respecto, no querer saber nada de desapariciones, violaciones, marginación, represión, censura, etc., me da mucho orgullo decir que somos anormales.

Si el progreso significa que, las empresas transnacionales tengan carta blanca para venir a depredar nuestros recursos y explotar a nuestra gente; en donde hay más de 55 millones de mexicanos en la pobreza, mientras uno está entre los más ricos del mundo; que con cada reforma se deje en mayor precariedad a la población; que se vendan y contaminen nuestros ríos, lagos, bosques y selvas; que la educación vaya de mal en peor; que cada vez haya más recortes sociales; entonces sí, sí somos enemigos declarados del progreso.

Lo que no somos es “comemierdas”, para ser un comemierda se necesita, como tú lo has dicho, ser un asesino -aunque hay muchas formas de matar, ya sea disparando al estudiante, explotando al obrero, marginando al indígena, abusando del campesino- pues se necesita ser parte del Estado o trabajar limpiando su mierda.

Pero el peor comemierda de todos, Carlos, es el que vende su pluma, por un plato de lentejas.

* Texto de Carlos Alazraki en “La Razón”:

http://razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=236454

 

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