Porqué tanto odio

 *Por Octavio Aristeo López

Criticar al poder es normal, más cuando el poder de los gobiernos asesina a sus estudiantes y ciudadanos; tenemos libertad de opinar, de manifestar nuestras inconformidades; es la democracia que tenemos; incluso a veces tenemos un comportamiento exagerado, grosero e intolerante, por el odio que tenemos a nuestra existencia.

Marcha por Ayotzinapa, de la PGR al Zócalo de la Ciudad de México. 8 de noviembre de 2014. Fotografía: Nedelia Moguel.
Marcha por Ayotzinapa, de la PGR al Zócalo de la Ciudad de México. 8 de noviembre de 2014.
Fotografía: Nedelia Moguel.

La democracia se manifiesta cuando uno habla en un recinto público, porque es un estilo de vida “considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”, por ello, opinamos, cuestionamos, criticamos, no solo es el proceso electoral; ahora brotan supuestos salvadores de la patria, se dicen demócratas.

Culpamos de todo a todos, sin miramientos; nos domina la ira y el odio; vertimos nuestros fracasos a gente que nada tiene que ver; por ello mi pregunta ¿Porqué tanto odio a los priistas?, ¿Porqué tanto odio al Presidente Demócrata? Debemos tomar partido para ayudar a la víctima no al opresor. Guardar silencio es ser cómplice.

Otros fueron los gobernantes asesinos materiales e intelectuales; gente reclutada por la izquierda política y sus alianzas con la ultraderecha para gobernar con el crimen organizado.

Desde hace muchos años, el pueblo mexicano ha soportado humillaciones desde la clase política gobernante asesina, apoyados por la policía y los medios de comunicación que están en manos de familias vinculados con estos asesinos; todo por dinero, la justicia es inexistente, ante tanta corrupción es el reino del crimen organizado despiadado y asesino, a veces, apoyado por el gobierno norteamericano, que se beneficia del narcotráfico, como la amapola, todavía, recibe apoyo para apropiarse de los recursos naturales del pueblo mexicano.

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Marcha por Ayotzinapa, de la PGR al Zócalo de la Ciudad de México. 8 de noviembre de 2014. Fotografía: Mónica Olivares.

Además, los expriistas destilan odio por ser ambiciosos, también, son los responsables de asesinar a la izquierda política mexicana: ellos son los culpables. Se aprovechan de la necesidad de las personas y solo buscan sus propios intereses, ya está demostrado con los sucesos de Iguala, Guerrero.

Este problema lo han provocado en especial los que han gobernado desde hace dos sexenios, Michoacán y Guerrero; porque no saben crear ni fortalecer instituciones, aprovechan las ya existentes; por lo que, una cosa es ser opositor y otra gobernar; PRD, PT, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Morena, sus líderes y dirigentes son expriistas, que odian al PRI, porque les reditúa capital político; ya como gobernantes dan a conocer su verdadero rostro.

Todos los que culpan al PRI y el Presidente Demócrata de lo sucedido, caen en irresponsabilidad y en opiniones ligeras; por supuesto, esto crea simpatía, por hacerse las víctimas siendo ellos mismos los verdugos.

El Presidente Demócrata no asesinó a los estudiantes de Ayotzinapa, sucede que sus colaboradores más cercanos no están cumpliendo sus funciones y esto ocasiona problemas y daña la imagen institucional; he aquí el problema, sus colaboradores cercanos están violando la constitución, leyes, reglamentos y procesos administrativos. Sabemos, que un ser humano con muchos estudios o sin estudios puede llevar a la ruina, al despeñadero un país, por falta de experiencia o por un imprudente manejo de las circunstancias.

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Marcha por Ayotzinapa, de la PGR al Zócalo de la Ciudad de México. 8 de noviembre de 2014. Fotografía: Mónica Olivares.

No basta con la captura realizada y que algunos estén libres, siendo cómplices. No se ha detenido a todos los que participaron en estos crímenes abominables. Más cuando se observa que salen libres los que están vinculados con el crimen organizado, y son señalados como cómplices; entonces, se llega a la conclusión que solo son “chivos expiatorios”.

Existe información en los medios de comunicación de cómo que el crimen organizado compran alcaldías; si esto es cierto, los candidatos a ocupar las alcaldías deben primero transitar por los partidos políticos, después el Instituto Nacional Electoral los oficializa y los candidatos a gobernador y las clase política local los legitima; esté circulo ya está contaminado, incluso pagan a funcionarios federales de proporcionar seguridad y justicia en las localidades para proteger y brindar seguridad a los delincuentes.

Estos colaboradores cercanos ponen en duda de que “las investigaciones serán llevadas hasta las últimas consecuencias. Todos los culpables serán castigados en el marco de la ley. Para hacer justicia y lograr un México en paz, el Gobierno de la República seguirá actuando con decisión y firmeza contra el crimen organizado.” (Presidencia de la República, Discursos, 14 de noviembre de 2014). Los colaboradores más cercanos del Presidente Demócrata están dañando su imagen. La imagen de México está empeorando, se está descarrilando la economía del país.

La clase gobernante asesina es parte del crimen organizado, por ello, no son suficientes los resultados que espera la sociedad nacional e internacional; los diferentes estratos sociales económicos y políticos ponen en duda las investigaciones oficiales, por ello, México está en movimiento ante estos hechos sangrientos que indignan y agravian a toda la sociedad mexicana.

Así, los empresarios están molestos y apoyan los movimientos sociales no vinculados a la clase política actual, porque saben que son momentos decisivos para realizar cambios políticos, rescatar la legalidad, el Estado de Derecho y la confianza a los gobernantes y a las instituciones; y, solo se logra sacar del sistema político a la clase gobernante asesina que fomenta la corrupción, inseguridad e impunidad.

Esta clase gobernante asesina está identificada en sus actitudes políticas: no tiene valores humanos, busca privilegios, no le interesa la vida humana ni el bien común, no respeta a los derechos humanos; por lo mismo, son una amenaza para el futuro del país y de los mexicanos: son un peligro que deben ser eliminados de las estructuras gubernamentales.

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Marcha por Ayotzinapa, de la PGR al Zócalo de la Ciudad de México. 8 de noviembre de 2014. Fotografía: Nedelia Moguel.

Iguala, Guerrero, es el espejo de lo que sucede en el país; Iguala, Guerrero, es parte del Estado, porque es parte del territorio nacional; un pueblo culto, que tiene gobernantes incultos, que no saben que Ayotzinapa, es parte del Estado mexicano y las funciones de un gobierno federal como el mexicano.

La clase política gobernante asesina está enferma necesita descansar. Lo que está pasando no es normal. Es obligación de las autoridades llevar ante la justicia a todos aquellos que trabajan a nivel estatal y federal que son cómplices de estas graves violaciones a los derechos humanos. Ya no existe confianza ni credibilidad, elementos esenciales para gobernar.

Es el momento de organizarse y participar para desterrar a la clase política gobernante asesina; es el momento político adecuado porque los diferentes sectores sociales, económicos, políticos y culturales del país están de acuerdo de realizar cambios en la clase política; ya está cerca las elecciones del 2015.

Participar en el campo político es una salida, si amamos a nuestro país e ir más allá de las movilizaciones. Aprovechar las instituciones y la democracia que todavía tenemos para construir otro sistema político, otra clase política gobernante. La sociedad mexicana está poniendo los muertos; es la hora de hacer cumplir la constitución y que las movilizaciones de protesta deben estar organizadas y planeadas.

Por cierto, yo no estoy cansado, a pesar de tanto odio a mí alrededor.

*​Octavio Aristeo López es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.

Correo electrónico: [email protected]

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