¿Qué es eso que nombramos amor?

De todas las palabras de nuestro universo lingüístico, el amor es la más bella y significativa.

Por: Benjamín Romero Ureiro[1]

El amor ha sido objeto de estudio de las cuatro grandes ramas del conocimiento humano, esto es, de la teología, la filosofía, el arte y la ciencia.

Dentro de la ciencia, la psicología es una de las áreas que se ha interesado en el tema del amor, pero dentro de la psicología general tenemos a la psicología social, que aborda el fenómeno del amor cuando estudia las relaciones sociales que ocurren entre los seres humanos.

¿Por qué el amor suscita tanto interés? Quizás se deba a que es una de nuestras esencias como entes que participan del cosmos, es posible que el amor sea algo que tenemos como de lo más humano en nosotros. Me parece que puede ser buen criterio evaluar el desarrollo humano de una persona en función del amor que se brinda a sí mismo y a los demás.

Considero que todas las personas que han investigado sobre el amor han tenido como propósito, en mayor o menor grado, llegar a la verdad sobre el amor, descifrar sus enigmas y comprender su naturaleza. Los caminos que se han seguido son válidos, pues ninguna perspectiva o arista agota por sí misma la comprensión de un fenómeno. El amor se piensa, se siente, se practica y produce creaciones bellas.

¿De dónde proviene nuestra idea actual del amor? Dice el filósofo Edgar Morales Flores, que la forma en que entendemos el amor en pleno siglo XXI proviene básicamente de dos núcleos semánticos, que fueron aportados por dos grandes culturas: la griega y la hebrea. (Flores, 2008).

El amor se ha visto como algo terrenal, mundano, corpóreo y material pero al mismo tiempo como algo espiritual, sublime y divino. En efecto, la cultura griega clásica desarrolló la idea del amor con Eros (instinto de vida según Freud) asociado al deseo, a la pasión y al sexo. Una de las ideas que Platón defiende en su obra El Banquete es que el amor es un deseo que busca su satisfacción, un impulso sexual.

Eros y Psique de Antonio Canova. Imagen de: El rincón del arte,
Eros y Psique de Antonio Canova. Imagen de: El rincón del arte,

Por el contrario, la cultura hebrea (judeocristiana) elaboró la idea del amor como Ágape asociado a la compasión, lo divino, la perfección, el sacrificio, el perdón y lo espiritual. Para ilustrar esta afirmación basta citar unos versículos de su libro sagrado por excelencia: La Biblia. En esta obra teológica encontramos abundantes referencias al amor como la siguiente: “El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se engríe; no hace nada indecoroso; no busca su propio interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. (Tarso, 2004).[2]

Estas fueron las raíces que nutrieron la idea contemporánea del amor en la cultura occidental (europea) de la cual tenemos influencia histórica los mexicanos.

Si unimos estos dos núcleos semánticos tenemos que, nuestro concepto del amor en el presente significa pasión y compasión, algo material pero al mismo tiempo espiritual, algo muy humano pero también cercano a lo divino.

Parece ser que el místico Osho también se inclina a destacar la dimensión puramente física del amor de la dimensión espiritual. Para el maestro indio, el sexo es la forma más elemental del amor mientras que su forma más elevada es la compasión. El sexo es básicamente físico y la compasión es básicamente espiritual. Estas dos formas no son opuestas sino complementarias. “En el amor, la compasión y el sexo se conjuntan; lo físico y lo espiritual están mezclados. El amor es la mitad del camino entre el sexo y la compasión”. (Osho, 2013).

¿Cuál es la explicación científica del fenómeno del amor?

La perspectiva científica apunta a que es posible explicar el fenómeno amoroso desde el punto de vista fisiológico, a partir de algunas ciencias particulares como la biología y la química. Según esto, el amor romántico es un estado parecido al de la demencia (locura de amor) que dura aproximadamente cuatro años. También se ha descubierto que es falsa la afirmación tradicional de que “el amor empieza por la mirada”. Hoy sabemos también que el amor es un asunto del cerebro y no del corazón.

De acuerdo a las investigaciones se ha logrado saber que el amor entra por la nariz y que de ahí se va al tálamo, una región del cerebro que se encuentra debajo de la corteza. Dicha estructura segrega una serie de sustancias químicas (hormonas y neurotransmisores) que alteran los sentidos y trastornan la mente. (Ciencia, 2015).

Para la investigadora de la UNAM, Dra. Gilda Flores, el enamoramiento se presenta porque ocurren una serie de reacciones químicas en nuestro cerebro, el cual libera neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina y hormonas como la testosterona y la oxitocina. Esto provoca un cambio en la persona y da lugar a la aparición de signos y síntomas como dilatación de pupilas, cosquilleo en el cuerpo, obsesión, estado de “locura”, deseo, pasión, apego, entre otros. La científica mexicana concluye que lo que más nos conviene en estos casos es vivir esa experiencia.

Imagen de la red: Pinterest.
Imagen de la red social Pinterest.

Pero el amor no se reduce a un fenómeno bioquímico. El amor es también un hecho psicológico. El amor es un sentimiento especial y esencialmente humano, una experiencia de lo más hermosa que le ocurre a nuestra especie. “El amor es la forma en que la naturaleza nos da una razón para vivir” dice Paul Webster.

Por su parte, Erich Fromm afirma que el amor es un arte, es decir, algo que tenemos en potencia pero que podemos llegar a desarrollar a través del aprendizaje y la práctica. El problema del amor no es cómo hacerle para que yo sea amado sino cómo hacerle para que yo pueda amarme y amar a los demás, al otro. El amor es algo que se puede aprender con el entrenamiento, el amor requiere conocimiento y esfuerzo.

“Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor”. (From, 2015).

Por su parte, el psicólogo Robert Sternberg (1998) considera que el amor consumado es una triada en la que interaccionan tres elementos: pasión, intimidad y compromiso.

“Algunos elementos son comunes a todas las relaciones de amor: entendimiento mutuo, dar y recibir apoyo, disfrutar la compañía del ser amado. Algunos elementos son distintivos. Si experimentamos un amor apasionado, lo expresamos en forma física, esperamos que la relación sea exclusiva y estamos intensamente fascinados con nuestra pareja. Se nota en nuestra mirada”. (Myers).

Los psicólogos sociales han hecho la distinción entre amor apasionado y amor de compañeros. Este último se asemeja más a la amistad y puede durar toda la vida a diferencia del primero.

El amor apasionado, se dice, es emocional, excitante, intenso. Elaine Hatfield (1988) lo definió como un “estado de anhelo por la unión con otra persona”. Si tal situación es consumada nos sentimos dichosos, de lo contrario solemos caer en estados aflictivos. En efecto, “el amor apasionado es un estado de anhelo intenso por la unión con otra persona. Los amantes apasionados se encuentran absortos el uno en el otro, se sienten extasiados por lograr el amor de su pareja y desconsolados por su pérdida”.

Por lo que se ha visto, hasta ahora, el amor es también un fenómeno bio-psico-social, toda vez que genera reacciones bioquímicas en nuestro cuerpo, sentimientos placenteros en nuestra mente y ello sólo es posible en nuestra interacción con otros seres semejantes, pues por naturaleza somos animales sociales, gregarios.

Cuando amamos y somos amados nos sentimos dichosos, plenos, radiantes. Todo lo que necesitamos es amor, rezaba el slogan de una película sobre los años juveniles de John Lennon. El amor nos da salud y voluntad de vivir. En el fondo, dice el místico, toda enfermedad en el ser humano es por falta de amor. Patch Adams diría que el amor nos da alegría y ésta fortalece nuestro sistema inmunológico. Amemos, entonces, y que la satisfacción sea el dar y no el recibir. Dejemos de esperar o buscar el amor, empecemos a pensar que el amor está en nosotros y que hay que practicarlo mientras pasamos por este mundo, mientras dure nuestro caminar, mientras existimos, es decir, aquí y ahora, en este obsequio que por eso es llamado presente.

“All You Need Is Love” painted on the John Lennon Wall in Prague, Czech Republic. Imagen de Darby Sawchuk.
“All You Need Is Love” painted on the John Lennon Wall in Prague, Czech Republic. Imagen de Darby Sawchuk.

Bibliografía

  • Ciencia, D. G. (26 de febrero de 2015). youtube. Obtenido de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=AM-NuoRZ-WU
  • Flores, E. M. (10 de Noviembre de 2008). Revista digital universitaria. Obtenido de Revista digital universitaria: http://www.revista.unam.mx/vol.9/num11/art92/int92.htm
  • From, E. (27 de febrero de 2015). Colegio de psicólogos. Obtenido de Colegio de psicólogos: http://www.colegiodepsicologosperu.org/w/imagenes/biblioteca/archivos/ErichFromm-ElArtedeAmar.pdf
  • Myers, D. G. (s.f.). Psicología social. Mc Graw Hill.
  • Osho. (2013). Compasión, amor y sexo. México: Camino rojo.
  • Tarso, S. d. (2004). Santa Biblia. Barcelona: CLIE.

[1] Filósofo.
[2] Estos pasajes bíblicos son titulados como La excelencia del amor y pertenecen al primer libro de los Corintios, capítulo 13, versículos del 4 al 7.

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