Por Martín López Gallegos*.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) inició la Huelga Nacional Magisterial de forma indefinida contra la Reforma Educativa el pasado 15 de mayo. A tan sólo unas horas de haber iniciado el paro indefinido del magisterio democrático el gobierno de Enrique Peña Nieto puso en marcha una serie de estrategias para desmovilizar, reprimir y criminalizarla digna lucha del magisterio disidente que lucha por una reforma educativa que realmente tome en cuenta las voces de las y los docentes de todo el país. Ante el linchamiento mediático y la guerra declarada contra la CNTE el resultado ha sido el inesperado para el gobierno federal: ha crecido de forma exponencial a nivel nacional el respaldo al movimiento magisterial en su lucha contra la mal llamada “reforma educativa”.
Esta solidaridad que se ha extendido por todo el país entre los más importantes sectores de la sociedad han puesto en aprietos al gobierno y las cúpulas de la burguesía mexicana que pensaron que impondrían sin mayor oposición otra más de sus reformas estructurales. Ante estas muestras de apoyo multitudinario y de consenso con la lucha que sostienen las y los maestros crece también la preocupación del gobierno federal, pues diversos sectores sociales que apoyan al magisterio hacen también suyas las demandas de las y los docentes en paro: la defensa de la educación pública a la vez que condiciones dignas de trabajo. Sus exigencias desde luego que son abrazadas por estos sectores al sentir también representada la defensa de los intereses del pueblo trabajador.
La lucha del magisterio democrático tiene por objetivos demandar al gobierno federal un diálogo abierto, honesto y sincero que ha estado ausente desde la aprobación de una reforma “educativa” que estuvo caracterizada por prescindir de una previa consulta con las docentes y los docentes de todo el país. Asimismo, manifestar su repudio contra las medidas que sancionan a quienes se oponen a la evaluación docente. Sin embargo, el actual paro magisterial ha puesto a temblar al régimen del PRI, representado a la cabeza por Peña Nieto y funcionarios de gobierno, todos ellos al servicio de las élites políticas y de los empresarios de este país.
Desde el estallido de la huelga, Rubén Núñez, líder de la sección 22 de la CNTE, aseguró que trabajarían por mantener una lucha unitaria en contra de la mal llamada “Reforma Educativa” y contra todas las reformas estructurales impulsadas por el actual gobierno de Enrique Peña Nieto, a quien Rubén juntos con otros voceros de la CNTE acusaron de sólo saber aplicar la política de la “cerrazón y el garrote”. Rubén Núñez Ginés y Francisco Villalobos Ricárdez fueron detenidos el pasado 12 de junio en Ecatepec, estado de México y trasladados al Centro Federal de Readaptación Social Número 11, en Hermosillo Sonora, por la presunta comisión del delito de lavado de dinero. Hoy 18 de junio, jueces federales dictaron el auto de formal prisión en contra de los voceros y líderes de la CNTE en Oaxaca. Ambos son sometidos a proceso por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y robo agravado, respectivamente.
A las recientes detenciones de los líderes del magisterio se suman las de otros profesores de la CNTE como es el caso del profesor Heriberto Magariño López, representante Regional en el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, quien fue acusado infundadamente de participar en actos vandálicos a edificios públicos y en el cierre de vías de comunicación. Se le acusa bajo los supuestos delitos de “robo calificado, tentativa de homicidio y lesiones calificadas en contra de un particular, así como por daños al equipamiento urbano y robo específico de vehículos de motor en perjuicio del gobierno estatal”. El delito de todos ellos: luchar contra una reforma supuestamente “educativa”, o mejor dicho: contra una reforma más de carácter laboral y administrativo que educativo.
Aunado a lo anterior, está presente otra situación bastante grave que se desprende de una estrategia orquestada desde el régimen que atenta contra la digna lucha magisterial: la suspensión de pagos y la oleada masiva de despidos de docentes de la CNTE por participar en el movimiento; las amenazas y el hostigamiento a docentes en paro; el desalojo al plantón que mantenían docentes en la Ciudad de México desde el pasado 15 de mayo en la Plaza de Santo Domingo del Centro Histórico en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (SG); las amenazas y el desalojo violento del plantón de maestras y maestros en Oaxaca, la detención violenta y arbitraria de los dirigentes de la Sección XII de la CNTE, además de otras 24 órdenes de captura contra más representantes y líderes de la CNTE; maestras y maestros reprimidos y encapsulados en sus trayectos a la capital del país, avenidas y el zócalo capitalino bloqueados para impedir el derecho a la libre manifestación; todas estas manifestaciones de violencia hacia las y los docentes en paro marcan un punto de inflexión en la criminalización que el Estado está arreciando contra la muy digna protesta de las y los profesores organizados de la CNTE. Ante todo ello se abre una gran interrogante es: o el movimiento social avanza, crece, se unifica y se fortalece o el régimen de Peña Nieto termina por consumar su paquete de reformas estructurales.
Las y los docentes de la CNTE en el estado de Chiapas han respondido a la represión con organización. Sorpresivamente otros sectores se han sumado a la lucha de las y los maestros chiapanecos: madres y padres de familia, profesionistas, miembros de la iglesia católica, entre otros. En días recientes muchos de estos sectores solidarios con la CNTE tomaron la iniciativa de expulsar del estado a las fuerzas federales que reprimen a las y los docentes. Con estas acciones coordinadas, pero a la vez espontáneas lograron impedir que la represión continuara cayendo contra el magisterio. En Oaxaca las maestras y maestros de la CNTE han realizado acciones de resistencia contra la represión a través de cierres de carreteras y el establecimiento de barricadas. En Tabasco, estado donde se ha reprimido brutalmente a miembros de la CNTE, no ha sido la excepción para que diversos sectores de la población se sumen a su lucha; las madres y padres de familia han salido a las calles a protestar junto con los docentes.
En Michoacán, madres y padres de familia y estudiantes de la Universidad de Michoacán; el Consejo Supremo Indígena de Michoacán, que agrupa a las autoridades de alrededor de 30 comunidades también se solidarizó con la CNTE y bloqueó las carreteras Carapan-Zamora; Pátzcuaro-Uruapan; Pomacuaran-Nurio y Uruapan-Los Reyes.
En Guerrero, el vocero de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), Walter Emanuel Añorve Rodríguez, expuso que “integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC)-Policía Comunitaria recientemente liberados luego de tres años de permanecer en la cárcel de Ayutla, manifestaron su respaldo a la lucha de la CETEG contra la reforma educativa […]”. Asimismo, el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) se sumaron con un paro el pasado 26 de mayo en respaldo a la lucha de la CNTE. Similares acciones de solidaridad y acompañamientos de diferentes sectores no se han hecho esperar en Colima, en Puebla, en el Estado de México y en otros estados de la república en favor de la lucha magisterial contra la reforma educativa.
La huelga nacional del magisterio estuvo respaldada desde su estallamiento por organizaciones sociales, sindicales y estudiantiles que al paso de los días ha ido creciendo mientras el gobierno federal desata la represión contra las maestras y los maestros en paro. Algunas de estas organizaciones son: la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Frente Amplio Social Unitario (FASU), la Nueva Central de Trabajadores, el Congreso Social, el Frente Popular de la Ciudad de México, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica (ANUEE), los Jornaleros de San Quintín, entre otras organizaciones más. Sin embargo, el apoyo a la CNTE se ha desbordado en los últimos días cuando se desató la represión contra la CNTE y la captura de diversos de sus integrantes.
Todas ellas han refrendado su apoyo a la CNTE; se han sumado a las protestas convocadas por la Coordinadora en diferentes estados del país y muchas de ellas se han movilizado en los últimos días en la Ciudad de México, como el pasado 14 de junio donde algunos sindicatos y organizaciones que integran estas centrales marcharon para manifestar su apoyo a la CNTE y para repudiar los actos de represión que ejecuta el gobierno federal.
En este sentido, se observa también una tendencia en muchos movimientos sociales y otros sectores de la sociedad de respaldo a la lucha de la CNTE. Un reflejo de esta presión es el mensaje de apoyo, solidaridad y respaldo al movimiento magisterial a través de un reciente comunicado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), donde critican, por un lado, a la “reforma laboral”, pues aseguran que no es educativa y, por otro, al secretario de Educación, Aurelio Nuño, a quien le exigen “dejar de hacer campaña para la presidencia”.
Otro reflejo de esta presión es el llamado al que hace Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien sorprendentemente ha convocado de manera pública a un mitin el domingo 26 de junio en defensa de la lucha de las y los maestros. A pesar de las válidas diferencia y críticas que se pueden tener hacia el dirigente de Morena, este llamado que hace a una manifestación de respaldo a la CNTE puede marcar un paso importante para la lucha contra las reformas estructurales. Al poco tiempo de hacer este llamado los militantes de su partido, el Morena, se sumaron al respaldo de AMLO a la CNTE. Es evidente que existen varias limitaciones a este llamado, pues el primer cuestionamiento sería ¿por qué hasta ahora y no antes? ¿Por qué un llamado a una movilización hasta dentro de dos semanas cuando la represión azota todos los días a la CNTE?
No obstante, es indudable que Morena es una importante organización de masas de izquierda en nuestro país. Es por ello que la decisión de sumarse activamente con la resistencia de las y los docentes puede significar un salto cualitativo a la unión de las diversas luchas del país y enviar un mensaje claro de la necesidad que impera en el país por luchar articuladamente, por encima de las diferencias, contra un enemigo en común: el actual régimen del PRI en complicidad con los empresarios que des-gobiernan este país, mismo a los que, por cierto, ha disgustado vertiginosamente el respaldo de AMLO a la CNTE y el llamado que hace a la manifestación. Frente a todas y todos quienes apoyamos al magisterio y todas las luchas por la justicia y dignidad en este país se impone un gran reto: resistir juntas y juntos, articuladas y articulados con la claridad de construir una gran unión dentro de la diversidad.
Mientras tanto, los voceros del movimiento magisterial han asegurado que mantendrán el plantón en la Ciudad de México que actualmente sostienen en La Ciudadela hasta concretar una mesa de negociación con el gobierno federal. De todo ello algo claro nos debe quedar: su lucha no es para oponerse a una reforma educativa que realmente urge en el sistema educativo a nivel nacional sino para oponerse a una reforma no educativa que está diseñada más para sancionar a profesores que para velar por la calidad de la educación en este país. La lucha de las maestras y los maestros de la CNTE es, por mucho, realmente integral y que puede resumirse en una frase: luchar por una digna educación en México, luchar por una educación pública y gratuita. Por ello, vale la pena insistir en que todas y todos tenemos una gran digna razón para junto con ellas y ellos luchar.
¡Aquí y ahora con la Coordinadora!
* Egresado de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la FCPyS-UNAM y Profesor Adjunto en el Centro de Relaciones Internacionales de la FCPyS-UNAM.
