Tres notas breves para el relevo estudiantil del Consejo Técnico

Por: Iván Martínez Ojeda.

Vivimos en una época de mentiras y nuestra universidad no está exenta de estos aires, quienes pregonan autonomía nos venden injerencia, la universidad pública y gratuita se ha vuelto accesible sólo para quienes pueden pagarla, a los veredictos de los 15 notables de la Junta de Gobierno le llaman democracia; el Consejo Técnico no es consejo ni es técnico. Quizás sea éste un buen momento para recordar las certeras palabras que se le atribuyen al escritor británico George Orwell: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”, quizás sea éste también un buen momento para reconocer a quienes dicen la verdad en tiempos de engaño universal. Vayan estas palabras dedicadas a nuestro querido compañero Martín López Gallegos, quien hoy termina su periodo como representante estudiantil ante el Consejo Técnico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

  1. Decir la verdad dentro del Consejo Técnico no es un tarea sencilla, la política que impera es la del pragmatismo, pareciera que dentro del Consejo sólo se puede hablar de los temas que tienen cabida en las comisiones establecidas, ésto es, que sólo se puede hablar de lo ya establecido; los grandes cambios que requiere nuestra universidad -como el autogobierno- están fuera de lo que establece el andamiaje jurídico, se nos dirá entonces que la demanda por un comedor subsidiado no es competencia del Consejo sino del Patronato Universitario y éste nos dirá a su vez que no es un órgano democrático para escuchar nuestra voz.
    La política que ofrece el Consejo Técnico es la que sólo es posible dentro de sus propios límites, la política de lo posible y lo real: la realpolitik. Los consejeros entrantes tendrán el reto de trascender las coordinadas políticas que impone este órgano de gobierno, ésto implicará no perder de vista que la actual administración encabezada por el Dr. Fernando Castañeda es y será la defensora de tales coordinadas: el colaboracionismo con la administración no tiene cabida. La construcción de una organización estudiantil permanente y un programa de lucha que permita además un diálogo con otros sectores subalternos como los trabajadores, los campesinos o los pueblos indígenas podrá hacer loable esta tarea.
  2. Decir la verdad dentro del Consejo Técnico no es una tarea sencilla, la idea del ejercicio delegado del poder que predomina es la del poder que no necesita referirse a la comunidad de la cual emana dicho poder, le basta con referirse a sí mismo, se trata de un poder autoritario: autoreferencial. Ésto es así porque la estructura antidemocrática de la UNAM es autoreferencial y exige de nosotros una imagen a su semejanza.Es sabido que los miembros de los órganos de gobierno de la UNAM se designan a sí mismos de manera endogámica: Los 15 de la Junta de Gobierno designan al rector y a los directores de las dependencias, los cuales conforman 57 consejeros “ex-oficio” dentro del Consejo Universitario, mismos que conforman un peso importante para definir, de nuevo, la designación de los miembros de la Junta de Gobierno que designará, de nuevo, a los directores y al rector…
    Cuando se intenta ejercer el poder en referencia al origen de éste, es decir en referencia a la comunidad, los gendarmes del orden no vacilan en hacer valer su autoridad. Recuerdo muy bien cuando fui consejero estudiante, por la carrera de sociología, que en no pocas ocasiones el Director me llamó la atención cuando exigí que las votaciones dentro del Consejo se aplazaran hasta que yo pudiera consultar a la Asamblea Permanente de Estudiantes de Sociología para emitir mi voto. Su argumento siempre fue el mismo, partidario del fetichismo del poder: “usted es representante porque ganó las elecciones, no necesita consultar a los estudiantes”. No todos los consejeros logran resistirse a la idea de tener el poder, de poder decidir y negociar a espaldas de la comunidad porque la estructura del Consejo así se los permite y demanda.
    Los consejeros entrantes podrán superar esta idea corrompida del poder sólo refiriéndose a su comunidad, rescatando la asamblea como órgano de consulta y deliberación, los consejeros deberían ser portadores de las demandas de la comunidad, y estas demandas no se pueden dilucidar mediante una suerte de adivinanza, es necesario recurrir constantemente a los estudiantes como se ha recurrido a ellos durante la campaña electoral: la representación no se gana en las urnas sino en la asamblea.
  3. Decir la verdad en el Consejo Técnico no es sencillo frente a la idea atomizada de la comunidad que siempre intenta imponerse, la fragmentación entre estudiantes de las cinco carreras que se imparten en nuestra Facultad se traduce también en la configuración de las consejerías estudiantiles y casi siempre impide una articulación en un frente estudiantil que se podría construir más que bajo consignas, por carrera, por demandas estudiantiles como la lucha por un comedor subsidiado, la defensa de la autonomía y el carácter público o por la democracia universitaria. La fragmentación incluso va más allá de las divisiones profesionales, deriva también en una desarticulación con otros sectores que también son parte de la universidad como son los docentes, muchos de ellos percibiendo raquíticos salarios, pero también los trabajadores, muchos de ellos comprometidos con la lucha por la democratización sindical ¿Acaso no fue uno de los puntos principales de las asambleas por Ayotzinapa la conformación de una organización tripartita en nuestra Facultad?.

Para decir la verdad en épocas de engaño universal es necesario tomar postura, decir la verdad frente a las mentiras de los cobros de cuotas ilegales, de los torniquetes y las cámaras de vigilancia como panacea para el problema de la inseguridad, de la tecnificación de los planes de estudio, de los cada vez más jóvenes rechazados de nuestra casa de estudios, de la entrega total de la orientación de la educación a los intereses particulares de las grandes empresas, en fin, decir la verdad y luchar por la universidad pública, gratuita, democrática y popular. Gracias Martín por haber dicho siempre la verdad.

Fotografía retomada de "Los muralistas chilenos que desafiaron a Pinochet" de 24horas.cl Noticias BBC.
Fotografía retomada de “Los muralistas chilenos que desafiaron a Pinochet” de 24horas.cl Noticias BBC.

2 Comments Add yours

  1. Emmanuel dice:

    Chale, que triste es haber cursado años de carrera para sólo saber articular panfletos que se creen críticos. Empezando por esta pésima noción que se tiene de democracia, y ojo que no pugno por una democracia liberal, sino que casi casi propones que los estudiantes armen sus propios planes de estudio. Lo gracioso es que si eso pasara, en casi todas las carreras de la Facultad el resultado sería la tecnificación pues la mayoría sólo quiere trabajo.

    Más allá de las críticas -muy mal argumentadas- sobre eso sí, tropelías que suceden en la Universidad y su estructura antidemocrática, los “críticos” se merecen una crítica.

    Lo último que buscan algunos consejeros (los chairos) es hacer de la Facultad un Centro de Estudios serio, lo único que les interesa es “crear espacios de lucha” ¿A qué se refieren con lucha? ¿Siguen pensando que el propósito de la Facultad es hacer la revolución que traerá el paraíso socialista?

    Sobre La verdad, si sabemos que todos construimos verdad o que más bien la verdad es una interpretación de los hechos, porque los hechos siempre requerirán de una interpretación ¿Entonces qué verdad enunciaba el Consejero Martín? ¿La que te hace feliz? No te culpo, todos buscamos siempre esa verdad, la que nos satisface. Al final, parafraseando a Nietzche, las diferentes interpretaciones de la realidad se enfrentan siempre con un choque de espadas donde a la ganadora se le conocerá como LA VERDAD.

    Como todos los consejeros, los actuales tuvieron aciertos y errores, hicieron buenos análisis y otros fueron panfletos, quejas ridículas, bobas, chairas. Lo que si debe reconocer y agradecer es esa vocación por el servicio a la comunidad, aunque muchas veces se quieran pensar como la voz de la misma cuando en realidad representa a la minoría -eso sí- organizada.

    1. Ivan Yvenian dice:

      Hola Emmanuel gracias por el leer el artículo. Sobre los puntos que señalas te respondo. En ninguna línea del artículo propongo que los estudiantes sean quienes elaboren sus propios planes de estudio, antes bien, menciono que la organización universitaria tendría que estar conformada por estudiantes, docentes y trabajadores. Sobre el resto de tus comentarios te debo una disculpa al no poder responder ya que no entiendo porque la defensa de la universidad pública y gratuita sea un un “panfleto chaira”. Saludos

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