Con la clara consigna de “¡Fuera porros de la UNAM!”, alrededor de 30 mil estudiantes marcharon este miércoles 5 de septiembre en Ciudad Universitaria, en repudio por las agresiones de grupos porriles hacia jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Azcapotzalco, quienes habían convocado una manifestación para pedir mayor seguridad en su plantel.
El pasado 3 de septiembre en la Ciudad de México, estudiantes del CCH Azcapotzalco marcharon hacia Rectoría acompañados de alumnos de las preparatorias 5, 6 y 8, algunos del Colegios de Bachilleres y de los demás planteles del CCH; con la finalidad de exigir mayor seguridad y espacios culturales, denunciar cobros indebidos en la escuela, financiamiento a grupos de choque, irregularidades administrativas y justicia por el feminicidio de Miranda Mendoza Flores del CCH Oriente, entre otras demandas. Sin embargo, al finalizar la movilización fueron atacados por un grupo de porros, que dejó a varios heridos, dos de ellos resultaron de gravedad: Emilio Aguilar Sánchez y Joel Meza García.
La comunidad universitaria no tardó en repudiar los hechos violentos y convocaron a una mega movilización, a la cual asistieron contingentes de distintos planteles de: la Escuela Nacional Preparatoria, Colegio de Ciencias y Humanidades, Facultad de Estudios Superiores, así como las escuelas y facultades de Licenciaturas y Posgrados de la UNAM; en solidaridad se unieron estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, Universidad Pedagógica Nacional, Colegio de México, Universidad Autónoma Metropolitana, Escuela Carlos Septién de Periodismo, Escuela Nacional de Antropología e Historia, entre otros. Asimismo el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra-Atenco publicó un mensaje solidario para los universitarios.
A las 13:00 horas daría inicio la movilización, sin embargo, no dejaban de llegar por los diferentes accesos a Ciudad Universitaria miles de estudiantes acompañados de profesores, madres y padres de familia. Cargando mantas, pancartas, banderas y con el goya muy en alto, se integraban a la fila de contingentes que partieron de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM hacia la explanada de la Rectoría.
Alrededor de las 18:00 horas se dio por concluida la manifestación sin incidentes, por lo que se ofreció servicio gratuito en el Metro, Metrobús y Sistema M1. Finalmente se convocó a una Asamblea Interuniversitaria en la Facultad de Derecho, el viernes 7 de septiembre a las 12:00 horas.
Previo a la movilización al menos 32 planteles, entre facultades y escuelas, habían iniciado un paro de actividades y el rector de la Universidad, Enrique Graue Wiechers, informó que ya se tenían evidencias en donde identificaban a los posibles agresores, “grupos de provocadores que obedecen a intereses ajenos a la universidad”. Además de haber firmado la expulsión definitiva de 18 alumnos: Cervantes Delgado Leonardo Enrique, Flores Yáñez Irving David, Gutiérrez López César Abel, Hernández Juárez Fernando, Jactthar Cruz Leonel, López Bautista Abraham, Medrano Cruz Daniel y Morales Bobadilla Joan Guillermo (CCH Plantel Azcapotzalco); Mejía Orozco Gustavo (CCH Plantel Naucalpan), Vargas de la Cruz Pedro Armando (Facultad de Filosofía y Letras), Tolentino San Agustín José Rodrigo (Facultad de Ingeniería), Camargo García Marco Antonio (FES Cuautitlán-Veterinaria), Zenteno Espinosa Bruno Alejandro (FES Acatlán-Arquitectura), Tinajero Muñozcano Fernando (FES Acatlán-Derecho), Salazar Lampon Javier (FES Zaragoza-Enfermería), Morales Maciel Jordan Jeziel (Facultad de Ingeniería), Trujillo González Nancy Guadalupe (FES Iztacala) y Zubillaga Águila Michelle Paulina (CCH Plantel Azcapotzalco).
A pesar del mensaje institucional, en la manifestación se escucharon consignas que pedían la renuncia del rector y la expulsión definitiva de los grupos porriles al interior de la UNAM, ya que éste ha sido un problema sin atender en la Universidad y que ha afectado por generaciones principalmente a estudiantes del nivel medio superior.
“Los grupos porriles son grupos de choque paraestatal instalados en las escuelas para contener la organización democrática de estudiantes, profesores y trabajadores. Estos cuerpos de golpeadores a sueldo se encuentran a disposición de la burocracia, de los partidos políticos y de las mismas instituciones del Estado. En la historia de la UNAM los grupos porriles desempeñaron un papel fundamental durante los gobiernos priístas para contener la organización estudiantil tras el movimiento de 1968. También durante y después de la huelga de 1999-2000, el rector Juan Ramón de la Fuente utilizó a estos grupos para mantener un clima de terror en las escuelas y facultades, mientras por otra parte expulsaba a cientos de activistas que habían defendido la gratuidad de la educación. Las autoridades universitarias no son por lo tanto ajenas a cuerpos de choque que históricamente han utilizado, solapado y encubierto”. Juntas Defensivas Universitarias.
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