Más allá de Charlottesville. La muerte del proyecto democrático.

Por: Pablo Gómez.

Al fascismo no se le discute, se le destruye”. -Buenaventura Durruti

Se ha dicho que la historia suele repetirse dos veces, y pareciera cada día más, que éste es el caso que se vive en los Estados Unidos. El fantasma del fascismo ha vuelto a surgir, llamándose a sí mismo “derecha alternativa” o “alt-right”.

Desde el año pasado, junto con la candidatura de Trump, comenzaron a crecer y a crearse de manera histórica, decenas de grupos de este tipo. La mayoría dicen ser “nacionalistas blancos”, “clubs pro-occidentales”, “organizaciones por los derechos masculinos”, etc. Aunque algunos que resaltan son: el Ku Klux Klan y los grupos que sí utilizan los términos “nacional socialismo” (o nazis). Su crecimiento en el número de acciones violentas también ha sido desproporcionado.

Para dar una idea de esto, podemos ver que “Vanguard America”, el grupo neonazi del cual es miembro Alex Fields, el atacante de Charlottesville que asesinó a una mujer anarcosindicalista, estuvo envuelta en 10 casos de uso de violencia en 2016. Sin embargo, en 2017 se han presentado 40, hasta el momento.[i] Además, se vive una tensión armada, entre grupos de extrema derecha y quienes se les oponen. Entre estos hay milicias de derecha y de izquierda que han asistido armados a diversas protestas.

Muchas personas siguen pensando que decir esto es muy radical, que se está exagerando. Otras incluso llegan a decir que defenderse de los nazis es ser igual a ellos. Creen que es imposible que el fascismo regrese en un país, el cual dice ser el más avanzado del mundo. Sin embargo, ¿no fueron acaso los “cultos” alemanes quienes cargaron trenes con personas hacia fábricas de la muerte?

Estados Unidos se encuentra en un momento muy parecido al que se encontraba Alemania cuando llegó Hitler al poder. Existe una severa crisis del capitalismo, las resistencias ante ello, crecen cada día más. Las luchas feministas, ecologistas, en defensa de los afroamericanos, entre muchos otros, se multiplican en radicalidad y número. En los últimos días, tras el ataque, diversos colectivos y personas se han organizado para tumbar estatuas de “héroes” cuya lucha fue por mantener la esclavitud durante la guerra civil, lo cual ha llevado a una situación muy tensa entre ambos grupos.

Lo sucedido en Charlotesville fue un ataque del fascismo como ideología, pero se convirtió en crimen de Estado cuando Trump mencionó que: “ambos grupos actuaron violentamente”. En otras palabras, dice, la violencia fue provocada por las personas que fueron arrolladas en el ataque terrorista.  Pero ¿quién usó la violencia y para qué? Las personas que estaban en la contramarcha se defendían de los grupos neonazis cuyo programa político incluye[ii]:

  • La limpieza étnica (pacífica o no).
  • Supremacía del hombre blanco.
  • La “defensa de la familia tradicional”.
  • La visión de que la única labor de la mujer es el de madre.

Mientras que, a quienes manejan este discurso no se les castiga más que cuando asesinan personas; a quienes se oponen son criminalizados, investigados y detenidos o encarcelados.[iii]

Una de las pocas diferencias (que por obvias razones hace falta señalar) entre el caso de la Alemania Nazi y los Estados Unidos actuales es el caso de la tecnología. Los nazis apenas soñaban con artefactos con la capacidad de matar a miles de personas a la vez. Los estadounidenses cuentan con el arsenal suficiente para destruir el mundo varias veces, y se encuentra en las manos de Donald Trump.

Es triste tener que cerrar de nuevo como mi artículo anterior, Donald Trump, o el fascismo del siglo XXI [1], pero parece que, ni aunque marchen con el saludo romano, banderas nazis, antorchas y armas, se les llama por lo que son. Supremacistas blancos piden el genocidio de todos los diferentes a ellos. Sus primeras víctimas serán, según sus propias palabras, los latinos, los musulmanes y los judíos. Si les damos espacio, si se les sigue permitiendo avanzar, lo harán. Y cumplirán sus promesas.

Ante este panorama, poco debería de quedar por discutir. Solamente cabe preguntarse, ¿cómo y de qué manera resistiremos este resurgir del nazismo?

Foto: AP.
Foto: AP.

[1] https://politicasmedia.org/donald-trump-o-el-fascismo-del-siglo-xxi/
[i] https://www.splcenter.org/hatewatch/2017/08/12/alleged-charlottesville-driver-who-killed-one-rallied-alt-right-vanguard-america-group
[ii] https://altright.com/2017/08/11/what-it-means-to-be-alt-right/
[iii] http://edition.cnn.com/2017/08/15/politics/dreamhost-department-of-justice-trump-opponents/index.html

Leave a Reply