Por: Mónica Olivares.
Ciudad de México. En la explanada de la Rectoría de Ciudad Universitaria, el pasado 1 de abril, se realizó un mitin convocado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Derecho autonombrado Orgullo UNAM, con la finalidad de exigir la desocupación y devolución del auditorio Che Guevara –nombre asignado por los estudiantes desde 1968– a las autoridades de la máxima casa de estudios y a la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Alrededor de 400 personas atendieron la convocatoria entre estudiantes, académicos, sociedad civil y prensa; los organizadores regalaron playeras blancas para pintar con plumones la frase: “Desocupa Che”.
El mitin inició alrededor de las 13:30 horas, con una lista de oradores previamente elaborada. El uso de la palabra a los asistentes no se permitía a menos que insistieran, además de cuestionar la participación de quien la solicitara. No más de 5 personas entre estudiantes y una profesora expresaron su opinión, ya que fueron interrumpidos por integrantes del Centro de Estudiantes de Derecho (CED) quienes estuvieron esperando desde el inicio para participar pues se les negaba el micrófono.
Edwin Méndez, estudiante de Derecho e integrante de Orgullo UNAM reiteró “no queremos una agresión, es un mitin pacífico […] nosotros en ningún momento enviamos correos o cartas para una convocatoria a un diálogo, esto es un mitin y hay una lista de oradores”; mientras los asistentes entre gritos pedían “diálogo, diálogo” y otros más quienes estaban en contra de ceder el micrófono expresaban a gritos “fósiles, fósiles, fósiles”.
Posteriormente, tomó la palabra Carlos Cario, consejero técnico estudiantil de la FFyL del Colegio de Estudios Latinoamericanos, después de que Méndez se viera rebasado por las personas que pedían que hablara. Cario aclaró “me invitaron con un correo directo a nombre de Carlos Escobar, quien formó parte del proceso de Orgullo UNAM invitando a todos los consejeros técnicos de la FFyL”.
Asimismo, reiteró que no está de acuerdo con la ocupación y “tampoco estoy de acuerdo con el proceso que se está llevando a cabo en este momento porque no están construyendo un espacio de pluralidad. […] Ustedes están construyendo una voz unitaria, reforzada mediáticamente por todos los medios que están articulados con las autoridades universitarias para construir una legitimación que permita el uso de la fuerza pública”.
Méndez volvió a tomar la palabra y concluyó el evento diciendo “no queremos agresiones, de parte de Orgullo UNAM agradecemos a todos su asistencia, lo que sigue de aquí ya no es parte de Orgullo UNAM ni de la convocatoria que se hizo a este mitin”.
A la par del mitin, Karin Solache, estudiante de Posgrado de la UNAM, con bocina portátil y mostrando una pequeña lona que denunciaba a uno de los organizadores del mitin por su afiliación priísta llamó oportunista a los organizadores del evento. Reiteró que nunca han estado presentes en las innumerables asambleas organizadas dentro de la FFyL. Solache promueve una petición en Change.org para pedir la devolución inmediata del auditorio por la vía pacífica.
Los integrantes de Orgullo UNAM así como sus simpatizantes se retiraron entonando un “Goya”, también mencionaron que publicarían en redes sociales su pliego petitorio, el cual compartimos:
Cabe señalar que el pliego solicita “la creación de una mesa de diálogo entre las personas que poseen el Auditorio Justo Sierra, las autoridades universitarias y los representantes del mitin”, dejando fuera al resto de la comunidad universitaria.
Poco después del incidente se fueron retirando los asistentes y algunos otros continuaron discutiendo en pequeños grupos frente a la Torre de Rectoría la situación del auditorio Che Guevara.
Al finalizar la concentración un grupo del CED entregó un documento a la Rectoría de Ciudad Universitaria que fue recibido por Manuela Luna. El texto dirigido al rector Enrique Graue pide que se haga pública la estrategia y ruta de trabajo de las autoridades para resolver la problemática del auditorio, piden también la realización de mesas de diálogo públicas en la que puedan participar estudiantes, profesores, trabajadores universitarios además de representantes de los múltiples grupos instalados en el citado recinto.