Comunicado: Vecinos Unidos Santa Fe.

A las organizaciones, movimientos y comunidades defensoras del espacio público
A los medios de comunicación
A los tres niveles de gobierno
A los poderes de la Unión
A la sociedad en general

“No hay documento de cultura que a su vez no lo sea de barbarie”
Walter Benjamin

Comunicado de Vecinos Unidos Santa Fe expuesto en el Foro  “El Tren México-Toluca y los megaproyectos: negocio, privatización del espacio público y falta de planeación”, el cual se llevó a cabo el día Sábado 14 de marzo de 2015 en el atrio de la iglesia de la Asunción, en el Pueblo de Santa Fe, delegación Álvaro Obregón.

Fotografía del facebook de Vecinos Unidos Santa Fe
Fotografía del facebook de Vecinos Unidos Santa Fe

Somos Vecinos Unidos Santa Fe, agrupación de habitantes, comerciantes, trabajadores y usuarios del corredor Vasco de Quiroga-Camino a Santa Fe-Camino Real a Toluca. Muchos de nosotros hemos vivido en esta zona desde hace más de 40 años. Nuestra vida la hemos hecho aquí. A lo largo de este tiempo, hemos apreciado los cambios que ha sufrido el entorno en donde vivimos. Sabemos que nuestra acción como humanos ha contribuido a la modificación de esta zona. Sin embargo, desde la generación de nuestros padres y abuelos, hemos tratado de preservar nuestras raíces, tradiciones, ambiente y tejido social.

Somos conscientes del valor histórico del, cada vez más reducido, Pueblo de Santa Fe, primer Pueblo-Hospital de América Latina, fundado en 1531 por Don Vasco de Quiroga, quien se basó en las ideas de la Utopía de Tomas Moro, es decir, no en un imposible, sino en el planteamiento de una nueva y mejor sociedad.

Hoy este Pueblo histórico y alrededores se ven afectados, de nueva cuenta, por un proyecto integral: un Tren y un viaducto elevado de cuota, que atentan contra nuestro patrimonio tangible e intangible: costumbres, tradiciones, fuentes de empleo, dinámica social, valores, negocios, viviendas, escuelas, templos, derechos, sentimientos y recursos. En resumen: atenta contra nuestra vida.

El gobierno anuncia con bombo y platillo la infraestructura de primer mundo, la reducción de tiempo de traslado y la generación de empleos -temporales- que esta obra traerá consigo; siempre sin mencionar el daño al medio ambiente; la expropiación y demolición de viviendas o fuentes de empleo; la ampliación de vialidades; la falta de servicios básicos; la discriminación social; el gasto energético del tren; los riesgos de realizar una construcción de este tipo en suelo minado como el de Álvaro Obregón; la explosión demográfica; así como la ruptura de la tradición y el tejido social. Todo esto se oculta con el objetivo de pasar por alto la catástrofe que de manera latente existe en la ejecución de esta construcción.

El proyecto del Tren Interurbano México-Toluca es una flecha que atravesará el corazón de Santa Fe.

Una vez más, bajo el lema de la modernidad y el progreso, se pretende implementar una obra que, de manera literal, pasará por encima de nosotros, con el fin de beneficiar a una zona corporativa que avanza en sentido contrario a los valores de nuestra comunidad.

Habría que recordarle a nuestros gobernantes la forma en la que se desarrollan estos proyectos: muchas de las veces con base en el despojo, abuso, corrupción, impunidad, nepotismo, tráfico de influencias o la desaparición parcial o total de poblaciones. A la luz de la historia, este proyecto no se distingue de otros en cuanto a su manera de implementación y posibles consecuencias.

La experiencia nos ha mostrado que distintos gobiernos pregonando supuestos beneficios de “obras públicas” han utilizado sus prerrogativas para favorecer el interés privado, es decir, a empresas privadas nacionales y extranjeras que han obtenido numerosas ganancias a costa de los recursos humanos, naturales y materiales de la nación.

El corporativo de Santa Fe es muestra de lo que hemos expuesto. El valor del Pueblo de Santa Fe se ve opacado por los grandes edificios y zonas residenciales que se han incrementado en las últimas décadas en el poniente de la Ciudad. El corredor de la avenida Vasco de Quiroga-Camino a Santa Fe-Camino Real a Toluca y colonias aledañas ha sufrido una discriminación histórica. Ahora quieren usarnos como “vía de paso” a “Santa Fe City”.

Exigimos el respeto a nuestras garantías y derechos: a un medio ambiente sano, a la vivienda, al agua, a la seguridad jurídica, a la información y a la participación. La utilidad pública no puede pasar por encima de estos derechos humanos y el gobierno no puede usar su posición para contravenir lo dispuesto en la Constitución, Leyes federales y diversos Tratados Internacionales que garantizan los derechos mencionados.

En los hechos, tanto el proyecto del Tren como del Viaducto se han manejado desde una visión unilateral, caracterizada por la falta de información y consenso con la población que se verá afectada. En una democracia se construye una política pública a partir del diálogo y retroalimentación entre la sociedad y el gobierno; ya no puede haber lugar para los decretos de arriba hacia abajo que no son más que “oídos sordos” ante la demanda ciudadana.

En este sentido, denunciamos la opacidad de los tres niveles de gobierno respecto a la información de los proyectos mencionados. Expresamos nuestra inconformidad por no respetarse el principio de máxima publicidad, lo cual es muestra de la poca transparencia que impera en esta obra y hace intuir, quizá, un posible caso de corrupción o conflicto de intereses.

La delegación Álvaro Obregón se ha caracterizado esta gestión por su nula rendición de cuentas, escándalos de corrupción y una estrecha relación con empresas de la construcción.

Aunado a lo anterior, hay que señalar que la empresa que lidera el grupo de constructoras encargadas de ejecutar la obra en el tramo correspondiente al Distrito Federal, se ha visto favorecida en numerosas ocasiones por el parte del gobierno capitalino para realizar cuantiosos negocios en el poniente de la Ciudad.

Es por eso que reiteramos nuestro rechazo a este par de obras que se han gestado en un ambiente bastante cuestionable y nos pronunciamos en contra de todos aquellos proyectos que se sustentan en la falta de información y participación, en el despojo y en la subordinación del entorno colectivo al interés privado. Desde esta tribuna manifestamos nuestro total apoyo a todos los movimientos, organizaciones o comunidades que resisten en defensa del barrio, el pueblo, los monumentos, las zonas arqueológicas, los bosques, las áreas verdes, los mantos acuíferos, los ríos, las lagunas, los montes, los valles, el campo o la ciudad.

Hacemos un llamado a nuestros gobernantes a dejar un momento el sueño futurista y volver a la realidad del presente: ¿Un tren es la solución a los problemas de vivienda, trabajo, educación, seguridad y salud? Hay temas que son fundamentales atender con prioridad. Además, es preciso recordar que el partido del gobierno federal en turno fue el que vendió los ferrocarriles hace más de veinte años, dejando de lado el impulso a este medio de transporte, el cual ahora quiere retomar como bandera de desarrollo.

En nuestra comunidad hay problemáticas que deben atenderse con prioridad y un megaproyecto no es parte de las soluciones. Los tres niveles de gobierno deben dejar de ser omisos ante las demandas de los habitantes del corredor de la avenida Vasco de Quiroga. Hay que detener el ecocidio y la explosión demográfica.

Si se construye esta lapida de concreto encima del corredor, se estaría sepultando la historia que éste representa y a nosotros junto con ella. No lo vamos a permitir, pues hay otras opciones. Es por eso que reiteramos que: “Ni viaducto ni tren pasarán por Santa Fe”

 

ATENTAMENTE:
Vecinos Unidos Santa Fe.

Pueblo de Santa Fe, Marzo de 2015.

Fotografía del facebook de Vecinos Unidos Santa Fe
Fotografía del facebook de Vecinos Unidos Santa Fe

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