Donald Trump, o el fascismo del siglo XXI

Por: Pablo Gómez.

Cuando el fascismo llegue a los Estados Unidos, lo hará envuelto en la bandera y ondulando la cruz”.

“Aquellos que no conocen el pasado están condenados a repetirlo”-George Santayana

Donald John Trump, precandidato a la presidencia de los Estados Unidos por el partido republicano es un fascista. Hay que dejar de tratar de suavizar lo que es y utilizar otros adjetivos. Hay que llamarlo por lo que es.

Fotografía tomada de BBC
Fotografía de BBC

Este personaje está creando un nuevo tipo de fascismo, uno aún más peligroso, adaptado a nuestros tiempos, mediático y bufonesco. En este artículo analizaremos esta nueva forma de hacer política, comparando con sus antecesores y tratar de descubrir qué lo está llevando a la cima.

Bases de apoyo

Históricamente la base fuerte del fascismo en Alemania, Italia, España (por nombrar los ejemplos más relevantes) han sido las personas blancas, generalmente hombres y sin mucha educación. Justo como se ha descrito al votante promedio de Trump.[1] Esto se explica mediante el reciente miedo a las distintas culturas que se ha impuesto sobre las clases más bajas de los Estados Unidos.

Chivo Expiatorio

En Alemania, se le hizo creer a la población que sus problemas eran culpa de un sector en específico que conspiraba para destruirlos, los judíos. Además, como en Italia y España, también se culpó a otros sectores, como los comunistas y anarquistas por los males de la nación. El fascismo necesita de crear un enemigo en común en el imaginario popular, un enemigo a vencer, un chivo expiatorio.

Así, se busca crear unión dentro de la población para combatir a este enemigo, el crear un “nosotros” contra “ellos”. Para esto se habla de la misma población como una víctima que debe defenderse ante los ataques del enemigo en común.[2]

¿Quién es el chivo expiatorio de Trump? Podemos empezar con los latinoamericanos (a los que él llama mexicanos, sin distinción) y los musulmanes, entre otros. Así como los nazis decían que los judíos eran todos unos avaros, parásitos, subhumanos y violadores; igual Trump afirma que todos los latinos son violadores, problemáticos, narcotraficantes y criminales. [3]

A los musulmanes, los llama “animales”, además de responsabilizarlos a todos por los ataques del 11 de septiembre del 2001 y también los califica de radicales terroristas.

Propuestas

Las propuestas fascistas respecto a los grupos perseguidos, nunca incluyeron la exterminación de estos, sino su segregación o expulsión del país. Sin embargo, en la práctica, se dedicó al exterminio y aniquilación de estos, lo cual, solamente en el caso alemán, acabó con más de 15 millones de muertos (entre judíos, comunistas, homosexuales, etc.) en los campos de concentración.[4]

De la misma manera, las propuestas de Trump incluyen, el construir un muro con México (que recuerda al muro israelí para mantener fuera a los palestinos), que debe ser pagado por este país, endurecer las políticas de migración, expulsar a todos los migrantes ilegales, entre otras. Planea también aplicar políticas como “americanos primero” para la contratación de trabajadores.

Fotografía tomada de CNN México
Fotografía CNN México

En cuanto a los musulmanes, su promesa de campaña es cerrarles la entrada completamente a todos los miembros de esta religión que deseen viajar a los Estados Unidos hasta que “se sepa que está pasando”. [5]

Sólo se puede especular que hará una vez llegado al poder.

Promesas

El fascismo en todos los países en los que se ha instituido promete recuperar y restaurar la gloria del país y los viejos imperios. Mussolini en Italia con el imperio romano, Franco en España al viejo imperio español y Hitler quería restaurar la “gloria” de Alemania y construir un nuevo imperio. Todos decían que su país era pisoteado por sus enemigos y debía ser realzado.

El slogan de campaña de Trump es bien conocido “make America great again”, que se traduce a hacer de nuevo de los Estados Unidos un gran lugar o engrandecer de nuevo a los Estados Unidos. Toda su campaña gira en torno a este propósito, claro, según sus estándares de grandeza.

Nacionalismo y militarismo

Parte de sus propuestas incluye el exaltar valores ultranacionalistas, chauvinistas y militaristas, con miras a la expansión. En repetidas ocasiones Trump ha mencionado en diversas ocasiones que revitalizará las fuerzas armadas estadounidenses, mejorará al ejército y se pondrá al mando de estos “guerreros”.[6] Ha cambiado su visión al respecto, pero anteriormente incluso mencionaba que permitiría la violación de las leyes internacionales por parte del ejército estadounidense para atacar a los yihadistas, alabando los resultados de algunos métodos de tortura.[7]

Estas propuestas no son a la ligera, sino que ya ha declarado enemigos, diciendo que solucionará la crisis en medio oriente “pateando el trasero del Estado Islámico”, mediante la invasión militar. Incluso, llegando a mencionar que no descarta la opción de una intervención militar contra México para obligar a pagar por el muro.[8]

Culto a la personalidad

Hay que mencionar también, por más obvio que sea, que los movimientos fascistas se centran en el culto a un líder, que generalmente es carismático y con mucha personalidad. Es bien conocida la habilidad de Hitler con los discursos, la personalidad casi cómica de Mussolini y el respeto a la fuerza que imponía Franco.

Fotografía tomada de Chicago Tribune
Fotografía Chicago Tribune

Trump, por su parte, ha juntado estas “cualidades”, las ha mejorado y actualizado. Estos métodos populistas de extrema derecha se juntan con el show que ofrece en sus eventos políticos. Desde luchas de botargas entre él y mexicanos, el uso de música y aparición propia de un show de lucha libre en sus rallys, todo para entretener y atraer. Aunado a esto; está su propia visión que ha expresado de un líder fuerte, masculino, que vencerá a los enemigos de los Estados Unidos.

Fotografía tomada de Chicago Tribune
Fotografía Chicago Tribune

Propaganda

Un pilar esencial para el ascenso y el mantenimiento en el poder de los fascistas ha sido el uso indiscriminado de propaganda. Trump además de gastar una gran cantidad de dinero en propaganda para su campaña, ha gastado en la promoción de su marca personal, que –para sorpresa de nadie– lleva su nombre. Claros ejemplos de esto pueden ir desde los artículos de revista que ha comprado, hasta la “Torre Trump” en Nueva York.

Violencia

Al analizar el ascenso de Hitler al poder (que es el más parecido al caso de Trump), vemos que no sólo se encuentra entre las similitudes con el candidato estadounidense el haber competido de manera “democrática” por el poder, sino el uso y la promoción de la violencia física en contra de sus detractores y opositores.

Mientras que en el caso de los Nazis mantenían batallas callejeras con comunistas, Trump ha dicho a sus seguidores que si en sus eventos políticos, si ven a personas a punto de protestar, los golpeen; que él pagará los gastos legales o los representará en la corte. Dice que, añora los “viejos tiempos” a los que protestaran serían sacados en una camilla, tiempos en los que las autoridades eran más violentas y así se aseguraban que no volvieran a protestar.

Fotografía tomada de Chicago Tribune
Fotografía Chicago Tribune

Aunque éstas son sólo unas pobres comparaciones y se podría hacer un estudio más a fondo, ahora podemos decir sin miedo a equivocarnos que Trump es un fascista, uno del siglo XXI, que está actualizado, es popular y poco le falta para llegar a la presidencia del país más fuerte tanto económica como militarmente en el mundo.

Hace falta voltear a ver a la historia, si el votante promedio estadounidense no lo hace, nosotros debemos hacerlo. Si él es el nuevo Hitler, nosotros, los latinos, los afroamericanos, y la comunidad LGBT somos los nuevos judíos. ¿Qué haremos? ¿Esperar y ser espectadores hasta que sea nuestro turno de entrar al horno? ¿U opondremos resistencia?

Como lo hicieron las cerca de 11000 personas que protestaron en su rally en Chicago y lograron que se cancelara[9], o los que combatieron la manifestación del KKK en California unas semanas antes. Hay que unirse, cerrarle el paso al fascismo, a la ideología de la supremacía blanca, y al racismo. Hay que protestar, luchar y combatir. Hay que resistir. Que cada ciudad se vuelva un Stalingrado, cada barrio un gueto de Varsovia y cada uno de nosotros un miliciano antifascista. Y como dijo el más famoso de estos:

Al fascismo no se le discute, se le destruye”- Buenaventura Durruti.

Fotografía tomada de Chicago Tribune
Fotografía Chicago Tribune

PD: por cuestiones de espacio y de falta de conexión al tema, aquí no se han tratado su corrupción, enriquecimiento a través de la explotación, explotación de inmigrantes ilegales, misoginia y más aberraciones.

PD2: Hay que mantener también los ojos abiertos respecto a los dos contendientes que siguen a Trump en fuerza, Marco Rucio y Ted Cruz, que son fundamentalistas cristianos y puede ser más radicales y peligrosos que Trump en ciertos temas.


[1] https://www.washingtonpost.com/news/the-fix/wp/2015/07/27/donald-trumps-surge-is-heavily-reliant-on-less-educated-americans-heres-why/

[2] https://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10007792

[3] http://www.theguardian.com/us-news/video/2015/jun/30/donald-trump-mexico-comments-nbc-universal-video

[4] http://www.abc.es/cultura/20130305/abci-nuevo-estudio-sobre-holocausto-201303051315.html

[5] https://www.youtube.com/watch?v=Fz0r0CGW7ic

[6] https://youtu.be/HU5EIIp9dko?t=2603

[7] http://cnnespanol.cnn.com/2016/03/07/donald-trump-cambia-posicion-sobre-la-tortura/#0

[8] http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/03/10/1079996

[9] http://www.truth-out.org/opinion/item/35263-setting-the-record-straight-five-misconceptions-about-the-trump-rally-in-chicago

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