Tiembla el gobierno de Peña ante bombardeo masivo de señalamientos y críticas a nivel mundial

Por: Martín López Gallegos

Pareciera ser que la administración de Enrique Peña Nieto y el régimen priísta son como un submarino endeble. Un submarino tan endeble, que por doquiera de su periferia recibe una fuerte presión, por su incapacidad de estar al margen de las demandas que exige esa circunscripción territorial. Este tipo de submarino es igual a la figura exánime que actualmente representa a Peña Nieto y a su gobierno del PRI.

Marcha conmemorativa 2 de octubre, 2014.  Fotografía: Mónica Olivares.
Marcha conmemorativa 2 de octubre, 2014.
Fotografía: Mónica Olivares.

Un sólo reflejo asimétrico de lo descompuesto y anquilosado que está el régimen, es cada uno de los resbalones con los que responden a cada una de las críticas que se le realizan. Resbalones y patadas de ahogado por doquier a los que, incluso, los medios de comunicación parecen ya estar acostumbrados.

En los últimos meses y, sobre todo en días recientes, las notas de diversos diarios nacionales e internacionales; las declaraciones de personajes sobresalientes en la política, en la economía y hasta en la religión (con las declaraciones del Papa Francisco); las expresiones de disconformidad de algunas distinguidas figuras en eventos culturales dentro y fuera del país (la arremetida contra el gobierno mexicano en la entrega de los Óscares, por ejemplo), las declaraciones de organismos (Derechos Humanos, Comité de Desapariciones Forzadas de la Organización de Naciones Unidas, entre otros) y organizaciones internacionales (Unión Europea, por ejemplo) y, desde luego, las manifestaciones de repudio de quienes padecen los horrores y las atrocidades del régimen; todos estos señalamientos ellos apuntan seriamente a una crítica a la administración de Peña Nieto y el PRI por lo caótico y a lo convulsionado que tienen al país.

Lo anterior revela sólo una muestra de la situación caótica por la que atraviesa el país, producto de la terrorífica llegada del PRI al poder que no ha hecho otra cosa que exacerbar e intensificar las condiciones desiguales en términos del poder adquisitivo. Cada vez la brecha entre quienes lo tienen todo y quienes tienen poco o nada se vuelve más descomunal.

Fotografía: Tiyako Felipe | 1º Jornada de Acción Global por Ayotzinapa
Fotografía: Tiyako Felipe | 1º Jornada de Acción Global por Ayotzinapa

De modo que este panorama desolador es imposible taparlo con un dedo. Por más que traten de ocultarlo es una expresión sintomática excesivamente visible fuera del país. Tan visible es esta descomposición que el propio pontífice, el Papa Francisco, brincó a la palestra y arremetió contra el gobierno mexicano, indiscutiblemente, al afirmar que “en México la cosa es de terror” y, en materia de narcotráfico, deseó que Argentina se encuentre “a tiempo de evitar la mexicanización”. Como bien apunta Carlos Fernández-Vega en su columna de La Jornada el día de hoy: Peña Nieto sin paraguas. Zozobra la embarcación. “La cosa es de terror”. He aquí un fragmento de la crítica realizada por el mismo autor que sustenta lo anterior:

“El inquilino de Los Pinos y su gabinetazo ya no sienten lo duro sino lo tupido. Su barco zozobra y, además, les llueve por todos lados: adentro y afuera; arriba y abajo; política, económica y socialmente; en la entrega de los Oscar y, por si faltara algo, por interpósita persona, hasta el Altísimo ya metió la mano (un bombón para ellos que son tan creyentes).

En la calle, pues. Se lo han ganado a pulso, y las tuberías que aún no han roto no tardan en reventar. No tienen idea de cómo achicar la embarcación, y en su pretensión de tapar las fugas lo único que logran es hacerlas de mayor proporción. Qué bueno que desde tiempos de la campaña electoral aclararon que ‘nosotros sí sabemos cómo gobernar’.

Más de un paraguas de dimensiones monumentales requiere la administración peñanietista, y si no le resultó suficientemente devastador el obús de Alejandro González Iñárritu (‘ruego que podamos encontrar y tener el gobierno que nos merecemos’), el Papa Francisco brincó a la palestra y le hizo segunda (en México ‘la cosa es de terror’ y, en materia de narcotráfico, deseó que Argentina se encuentre ‘a tiempo de evitar la mexicanización’), más los numerosos pronunciamientos de aquí y allá en torno a la circunstancia nacional.

Como acostumbra, para el acuse de recibo el inquilino de Los Pinos utilizó la técnica de la negación: en nuestro país el gobierno trabaja para que cada mexicano tenga la posibilidad de escribir su propia historia de éxito y construir una vida, sembrar las mejores condiciones y un sendero de triunfo, mientras su partido con ideología de plastilina, amoldable a lo que se ofrezca, aseguró que es un hecho que más que merecerlo estamos construyendo un mejor gobierno. Y se quedaron tan frescos.”

Ahora sí vemos que a los representantes del régimen les indigna una crítica realizada desde el pontífice del Vaticano y se desgarran las vestiduras para tratar de refutar, sin éxito alguno, las declaraciones antes expuestas. Tal parece que mientras más se esfuerzan por tratar de salir del pantano en el que se encuentran más se hunden con cada esfuerzo inútil que dan. Mientras los medios oficialistas mexicanos arrecian con fuertes críticas acusando al Papa de entrometerse en los asuntos que no le competen y hasta acusarlo de injerencista, más alimentan la rabia de muchos hombres y mujeres que perciben el grado de cinismo con el que actúan esos poderes fácticos. Un ejemplo de ello, que vale la pena exponer, es la atinada expresión virtual que, a través de Twitter, realizó Edgardo Buscaglia horas después del linchamiento mediático hacia el Papa Francisco por los medios afines al gobierno mexicano: “El Papa pidió a Argentina evitar la “mexicanización”… ¿y la fauna de pinches incompetentes, corruptos y asesinos en México se ofendió? Mientras la sociedad civil es corrompida o aterrorizada, el lavado de dinero ha financiado privatizaciones de servicios públicos mexicanos.”

Movilización en el marco de la 2da Jornada Mundial por Ayotzinapa, 22 de octubre de 2014, México, D.F.  Fotografía: Mónica Olivares.
Movilización en el marco de la 2da Jornada Mundial por Ayotzinapa, 22 de octubre de 2014, México, D.F.
Fotografía: Mónica Olivares.

Las críticas surgidas actualmente respecto a la asignación del término conceptual de “mexicanización” se remontan directamente al término de “colombianización”, que en años recientes se utilizó para referirse a la problemática del narcotráfico en México. Al respecto, fue Hillary Clinton quien en 2010 dijo que México se estaba Colombianizando, pero a estas alturas del partido la vigencia de ese discurso parece haber caducado. Ahora es el pontífice, el Papa Francisco, quien viene a refrescar el discurso clintoniano con base en la realidad mexicana al advertir: evitemos la Mexicanización en Argentina.

El pontífice asegura que un avance del narcotráfico en Argentina equivaldría a una “mexicanización” de ese país. “Ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”, aseguró y advirtió el papa Francisco a través de un de un mensaje privado que “le envió a un legislador y activista de su país que desde hace tiempo lucha contra el narcotráfico, el trabajo esclavo y la trata de personas. El diputado, Gustavo Vera, dio a conocer públicamente la misiva, en la Jorge Bergoglio que [Papa Francisco] también expresó su preocupación por la situación en México.”[1]

Es indudable que con la ayuda de Estados Unidos y de las administraciones del PRI y el PAN nos hemos convertido en el riesgo latente de que otros países en América Latina puedan “mexicanizarse”. Lejos de aprender del carácter progresista y de la construcción de proyectos alternativos en la región ahora somos un peligro para los gobiernos de corte progresista debido a la marcada influencia que tenemos de los vecinos del norte.

En este sentido, lejos de perder el tiempo en enviar una nota diplomática al Vaticano para desmentir declaración del Papa sobre su percepción del problema de narcotráfico en México, el gobierno de Peña debería estar trabajando –como “asegura” que lo hace- para revertir el daño que le ha causado al país y para demostrar, en todo caso, con pruebas contundentes que la situación que se vive en el país es totalmente distinta a la que se refleja desde todos los lugares del mundo. Tal como evidencia Carlos Fernández-Vega:

“Quien debe sentir nostalgia por las trincheras del sector financiero es el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, quien dedica más tiempo a intentar detener los bombazos de los medios de comunicación internacionales y de personalidades en el extranjero que en afinar la política exterior del país. Así, ayer reveló que por el dolor y la preocupación causados por los comentarios del Papa Francisco, el gobierno mexicano enviará una nota diplomática al Vaticano, pues el narcotráfico no es exclusivo de esta República de discursos, al tiempo que el titular de Gobernación presume descensos en los índices de inseguridad, mientras ruedan cabezas por la geografía nacional.”

Por otro lado, mientras el rumbo de la economía nacional es cada vez más vulnerable debido a los “ajustes” que realizó la administración de Peña Nieto, crece el nivel de inverosimilitud con el que justificaron discursivamente la grandeza de sus reformas. Cierto es que nos trataron de persuadir con el gran impacto que éstas tendrían cuando comenzaran a surtir efecto. Empero omitieron confesar que se trataría de un impacto negativo lejos de representar una auténtica alternativa. Quienes realizamos críticas desde un principio a este paquete de reformas estructurales ya sabíamos, pues, los efectos perjudicial que nos acarrearía. No obstante, la clase política se desvive en las tribunas de las Cámaras de Diputados y Senadores para recitar las bondades de las reformas.

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Como bien señala Carlos Fernández-Vega:

“[…] la economía se desploma y reporta el menor ritmo en cinco lustros; los únicos frutos tangibles de las reformas son la pérdida de empleadores (cierre de unidades económicas) y empleos formales; masivamente se exportan capitales; se hunde el precio petrolero y, un día sí y el siguiente también, es menor la producción y exportación del oro negro (10 por ciento desde la llegada de Enrique Peña Nieto); se recorta el presupuesto, especialmente el de Pemex en áreas de inversión; se devalúa el peso y tantas otras desgracias, y al ministro del año no se le ocurre mejor idea que negar lo innegable y presumir que lo importante es que se está acelerando el crecimiento.

Como reporta una profunda crisis de credibilidad –si es que en realidad alguien, algún día, le creyó–, el gobierno peñanietista pasó los trastes de la comunicación y el convencimiento a los organismos cúpula del sector privado, y son estos quienes se pronuncian y deciden sobre el acontecer nacional y las exigencias ciudadanas, en el supuesto de que así sortearán los problemas. Por ello no fue el inquilino de Los Pinos y mucho menos el general secretario los que respondieron a la demanda ciudadana de abrir los cuarteles. Fue el presidente de la Concanaco, Enrique Solana Sentíes, quien decidió no atender tal exigencia (por ningún motivo permitiremos que se metan en los cuarteles), al tiempo que aseguró no tener el menor indicio de que el Ejército pudiera haber participado en la desaparición de los estudiantes. Poco después, Enrique Peña Nieto y el general Cienfuegos repitieron el estribillo.”

En fin, sólo resta decir que este México de telenovela parece no soportar un capítulo más. Este episodio tiene una fecha de caducidad. En nosotrxs está el devenir de este país. Ergo, es indispensable contra ellos resistir para existir. Atentas y atentos debemos estar si no queremos seguir siendo consumidores de una política pútrida y caduca que terminará por trastocarnos nuestra dignidad y provocarnos malestar económico, político y social entonces comencemos a actuar. Como afirma Carlos Fernández-Vega, “la negación y el desorden no corrigen problema alguno, no achican la embarcación, ni generan bienestar, salvo para quienes en aguas revueltas se dedican a pescar.”

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[1] Veronica Smink, “¿Por qué el Papa cree que Argentina se está “mexicanizando”?” [en línea], BBC, Mundo Noticias, Argentina, 24 de febrero de 2015. Dirección URL: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/02/150224_papa_argentina_mexicanizacion_az (fecha de consulta: 24 febrero 2015).

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