Protestas contra la violencia del Estado mexicano durante la visita del Papa Francisco

¿Qué queda después de la visita de Francisco a los ojos del mundo?

José Luis García Hernández y Martín López Gallegos

 

¡Nos siguen faltando 43!

Han pasado ya tres meses de la visita del Papa Francisco a México, tres meses de las “grandes” y preparadas, con mucha antelación, manifestaciones y concentraciones de mujeres y hombres, de niñas y niños, para poder verlo tan sólo unos instantes. Tan sólo tres meses de los “majestuosos” actos mediáticos preparados por el Gobierno Federal de Enrique Peña Nieto, y los gobiernos de cinco entidades de la República Mexicana: Ciudad de México, Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua.

Una visita marcada, según la mayoría de los convencionales medios de comunicación, por los “grandes y profundos discursos”, las muestras de afecto de las y los mexicanos hacia el Sumo Pontífice; una visita en la que algunos sectores pobres de la población habían depositado sus esperanzas. Han pasado ya tres meses y la única pregunta que nos viene a la mente es: ¿qué nos queda de la visita del Papa Francisco a México?

Esta visita papal a México se realizó en medio de una situación crítica, donde prevalece un contexto de violencia, crisis económica e inseguridad. La visita estuvo enmarcada en un contexto de feminicidios, masacres, desapariciones forzadas, desplazamientos, presos políticos, actos de tortura, asesinatos a periodistas censura y represión contra un sector de la población que se manifiesta en las calles y un sector que informa y documenta estas situaciones. Su visita se produjo en un clima de violencia que está directamente relacionado con la violencia de Estado.

De igual forma, la visita de Francisco se concretó en medio de miles de expresiones y manifestaciones de descontento de la población mexicana con el actual régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI), un profundo descontento de mexicanas y mexicanos que han sido víctimas de la violencia del Estado mexicano. Al parecer, esto es lo único que nos queda de esa visita.

El Gobierno Federal desarrolló toda una estructura de blindaje de “seguridad” a la visita papal con el fin de cercenar cualquier síntoma de protesta por parte de las y los mexicanos. Para ello, se valieron del desplegado de operativos y de un sistema de control con la intervención de las fuerzas armadas en todos sus niveles, como nunca antes se había experimentado en México en anteriores visitas papales, un blindaje que ni con Juan Pablo II se había experimentado como tal.

Aun así, a pesar de todas las medidas de seguridad implementadas por el gobierno federal y de las cinco entidades, las manifestaciones de descontento, no contra la visita papal, sino contra el régimen dictatorial que se vive en México, no se hicieron esperar. Durante la visita de Francisco quedaron documentadas decenas de manifestaciones de mexicanas y mexicanos como forma de protesta por la violencia de Estado que se vive en México. La visita del Papa Francisco aparentemente fue “exitosa” en el lenguaje de los medios oficiales de comunicación del aparato estatal. Sin embargo, en las calles, en los recorridos y en los actos públicos papales las manifestaciones espontáneas de repudio al sistema dictatorial marcaron la visita a México de Su Santidad, el Papa Francisco.

Expresiones políticas previas a la visita papal

El sumo pontífice prescindió del llamado que con antelación enunciaron las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Este llamado tan sólo tenía como objetivo exponer al papa Francisco sobre los presumibles crímenes de lesa humanidad del Estado mexicano, así como expresar la profunda preocupación por encontrar a sus hijos con vida después de más de un año de su desaparición forzada. A pesar de que para ellas y ellos se desvaneció toda esperanza de ser recibidos por el pontífice, la consigna continuó clara y vigente: “Francisco, pregúntale a Peña, dónde están nuestros hijos”.

Un mes antes de la visita papal, y a 15 meses de la desaparición de los estudiantes normalistas, sus familiares, organizaciones de la sociedad civil, sindicales, estudiantiles, entre otras, se congregaron como cada mes para marchar por la demanda de justicia y por la presentación con vida de los 43. En esta ocasión la movilización tomó forma de una procesión, de la Catedral Metropolitana a la Basílica de Guadalupe; y no un recorrido por Avenida Paseo de la Reforma como tradicionalmente se venía desarrollando. Esta manifestación con rumbo hacia la Basílica se circunscribe en un contexto religioso marcado por la visita papal.

“Nosotros vamos a la Basílica, también con motivo de estos días de reflexión espiritual”, de acuerdo a la declaración Felipe de la Cruz, vocero de los familiares de Ayotzinapa, quien afirmó que su intención era transmitir un mensaje a los mexicanos para enfatizar que en tanto las madres y padres no tengan a sus hijos de regreso seguirán luchando bajo el lema “a nosotros nos siguen faltando 43”. En este mismo sentido, no cesaron las peticiones de los manifestantes hacia el dirigente máximo de la Iglesia Católica: “Francisco, Ayotzinapa te espera”.

Expresiones, manifestaciones y protestas durante la visita papal

Las protestas contra la violencia que se vive en México fueron muchas y muy diversas. La visita papal no estuvo exenta de éstas. No podemos dejar de mencionar el conteo recordando a los 43 normalistas desaparecidos por los seminaristas en Morelia, Michoacán; la protesta de un adulto mayor en la Ciudad de México que fue reprimido por la policía capitalina; jóvenes manifestándose a lo largo de los recorridos durante la estancia en la Ciudad de México; manifestaciones de migrantes en la frontera norte de México.

Al parecer lo único que nos quedan son esas protestas y manifestaciones de descontento que buscaban visibilizar la situación que vivimos día a día. Se trataba de un contexto favorable, los ojos del mundo estaban en México a través de los diversos medios de comunicación. No se podía dejar pasar ese momento para denunciar a nivel internacional los crímenes de Estado y las violaciones a los derechos humanos que se ha venido denunciando en el régimen autoritario de Enrique Peña Nieto.

Imágenes y videos que ilustran las protestas y los mecanismos de control, censura y represión del Estado mexicano

“Para poder acceder a la plancha del zócalo en la ciudad de México, filtros minuciosos de seguridad, policía federal en conjunto con el estado mayor presidencial deciden quién pasa y quién no.”

https://www.facebook.com/Yo-SI-Soy-Ayotzinapa-755694204516639/?fref=ts

En la imagen se observa a Julia Klug Archila protestando durante la visita papal. Julia es una mujer activista originaria de Guatemala y madre de Ricardo Martínez Klug, un piloto militar, cuyo avión se derrumbó misteriosamente en las costas del estado de Guerrero en octubre de 2010. Julia no sería la excepción para manifestarse durante la visita papal. “Francisco, pregúntale a Peña [Nieto] dónde están mis hijos”, protestaba durante un acto.

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Brigada Informativa Altavoz
Foto de Brigada Informativa Altavoz.

 

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